La imagen superior, cedida por el Cefot de Cáceres, es del último acto militar que se realizó en el acuartelamiento de Plasencia antes de su desaparición. El año 1992 fue el del cierre definitivo de este acuartelamiento en el que cada vez había menos soldados lo que originaba cierto malestar en Plasencia al ver que menguaban los recursos económicos de la ciudad. En la jura de bandera del 19 de enero de 1992 sólo había 97 reclutas y el humor de Tino protagonizó esta viñeta.
Visto que era una realidad la desaparición del CIR placentino y que no iba a venir unidad militar alguna, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entonces presidente de la Junta de Extremadura, realizó esfuerzos en Madrid para convertir el acuartelamiento en un complejo educativo. En el Diario HOY la desaparición del cuartel ocupó dos portadas en el año 1992. La siguiente es la del 5 de marzo en la que se anuncia el cambio de uso del cuartel.
En la noticia se hace referencia a que en el último reemplazo habían jurado bandera menos de 50 soldados y que en esa fecha sólo había en el cuartel, “20 soldados y un puñado de oficiales“.
La siguiente portada es del 13 de marzo de 1992, en la que se informa de un pleno en el Ayuntamiento de Plasencia ‘de escándalo’.
Después de este pleno Alejandro Cercas, diputado nacional del PSOE por Cáceres, comentó que no se entendía la reacción de algunos placentinos, “el complejo educativo de Plasencia es un proyecto para el futuro frente a un CIR obsoleto“, dijo también que Juan Carlos Rodríguez Ibarra, “se ha dejado la piel por Plasencia“.
El 18 de julio de 1992 Alfredo Pérez Rubalcaba, que entonces era secretario de Estado de Educación, dio una rueda de prensa en Mérida, acompañado por el presidente de la Junta (Juan Carlos Rodríguez Ibarra), el alcalde de Plasencia (Cándido Cabrera), el consejero de Educación y Cultura (Jaime Naranjo) y el primer teniente alcalde de Plasencia (Antonio Olivenza). Rubalcaba explicó que el complejo educativo de Plasencia suponía una inversión de 2.500 millones de pesetas, y que el mismo se ubicarían las escuelas universitarias de Empresariales y Enfermería (que ya tenía Plasencia), más un centro de formación profesional superior en arte y una residencia para 200 estudiantes.
Las dependencias del cuartel de la Constancia, ubicado en el centro de Plasencia, permanecieron custodiadas por un sargento y un pelotón de soldados hasta que el Ministerio de Defensa lo cedió para realizar el complejo educativo.