Cuando en los años setenta había más jóvenes formándose en el centro de instrucción de Cáceres, se llegaba a manejar cada día 5.000 cartas, entre las que recibían los reclutas y las que ellos enviaban.
En el campamento Santa Ana había oficina de Correos y Telégrafos además de la Caja Postal. Cada día entregaban a los reclutas unas 300.000 pesetas en giros y otros valores. Los esperados giros telegráficos tardaban tres horas en llegar.