Artículo publicado el día 1 de octubre en Empresa y Finanzas; y redactado el pasado día 26 de septiembre.
“…Esto ya ha pasado.
Siento lo alentador que pudiera resultar el titulo, pero no me refiero con el a la posibilidad de haber dejado atrás a la crisis, si no a que las circunstancias que nos encontramos después del verano, pareciera que ya hubieran pasado en otro punto de la historia.
En este caso, me inclino a pensar que esta sensación nos viene por que son muchas las veces que ya durante el año pasado, y principio del presente, se escribió abundantemente sobre los procesos económicos que aparecerían durante esta crisis. Anuncios olvidados al calor de las medidas gubernamentales, y la disminución temporal de la presión sobre la deuda soberana, y el comportamiento de los mercados de renta variable.
Una vez pasado el verano, irremisiblemente ha llegado el otoño, y con el se han disipado muchas de las esperanzas y de los indicadores antes comentados. El mercado de renta variable evoluciona errático merced a un escaso volumen donde el inversor final apenas aparece y no creo que debamos esperarlo mucho pues los cantos de sirena de los depósitos extratipados de las entidades financieras cada día son más comunes.
La deuda soberana de los países periféricos , colocada con cierta comodidad, semana tras semana gracias a ese pacto no escrito entre líderes, se hará tan pesada para los PIB de los emisores, que el camino a seguir no será otro que el de la reestructuración.
Los anuncios gubernamentales, de momento se han referido a la contención del gasto, con eliminación de partidas de gasto publico y subidas de impuestos que lamentablemente afectaran al crecimiento.
No todo son negros nubarrones, tan solo deberíamos añadir a la teoría de la “maduración de la crisis” (versión sesuda a la que han llegado algunos políticos internacionales de la nuestra de “caerá cual fruta madura”). La otra parte del balance, es decir, las medidas que actúen directa y eficientemente sobre la generación de ingresos.
No se nos debe olvidar que esta es una crisis financieras ( para algunos también inmobiliaria); motivada por el exceso de apalancamiento de todo el sistema, y por tanto la solución real de la crisis debe venir por el lado de los ingresos. Son estos los que harán posible la eliminación real del apalancamiento.
Algunos lo tenemos un “puntito” más difícil pues previamente tendremos que encontrar un modelo productivo, duradero y sostenible.
Debemos tener esperanza y confiar que en el corto plazo, las amenazas de un nuevo empeoramiento de la mano de la hipotética deflación americana y las presiones sobre el mercado de divisas, se vean contrarestadas por la maquinaria de hacer dinero de los bancos centrales, es decir, un poco más de la misma medicina.
Saludos.