Las palabras importan. Lo hemos dicho ya en muchas ocasiones.
Hoy, el señor Draghi, emulando a un antiguo ministro de defensa español, se ha puesto el “solico” una medalla sobre su propio trabajo.
Aprovechando que Italia y España han colocado más d-e-u-d-a de la prevista y a un precio muy inferior a la anterior subasta; el señor Draghi, ha dicho que gracias a las medidas de liquidez ilimitadas tomadas por el mismo, se han solucionado el problema del crédito en la zona euro.
Es decir, para el máximo responsable de la política monetaria de la zona euro, los problemas de crédito se reducen a que el sector público pueda colocar todo lo que emita. !Qué levanten las manos las pymes qué hoy vieron resuelto sus problemas de crédito por esa liquidez ilimitada¡…
Por supuesto nada ha dicho de que una buena parte de esa deuda esté ahoraen manos de las entidades financieras que en la barra libre creada por el, toman dinero al uno para invertirlo en deuda al tres. La barra libre se creó para evitar el colapso del sistema.
No pasa nada. El, como buen latino, sabia que todos íbamos a estar hablando de que a este mismo señor lo pillaron hablando por su teléfono móvil mientras conducía. Esto es lo importante, el que sea un poquito zote da igual, lo importante es que nos podemos meter con el porque es “un tronco al volante”.
Nadie ha dicho nada, ni las organizaciones sindicales, ni los organizaciones empresariales, ni los ministros de economía, ni los de industria, ni la sociedad civil, … N-a-d-i-e.
Por cierto, también ha dicho este señor, que le encantan las medidas tomadas por el ejecutivo español. ¿Nos preocupamos?
Después de leer la noticia anterior, he leído otra referida a la nueva categoría de la deuda de la Comunidad Valenciana. En la misma se ha comentado que la deuda de esta comunidad asciende a cincuenta mil millones. Muchos, muchos de ellos se adeudan a la pequeña y mediana empresa.
He buscado si más adelante se decía algo de crear una barra libre de liquidez ilimitada para las pymes. Una emisión de deuda definida expresamente sobre estas deudas concretas, avaladas por los gobiernos centrales, o por el señor Draghi, y que así las pymes pudieran ir a vendérselas a los bancos, para que estos hicieran uso de su liquidez ilimitada al uno por ciento.
Pero no venia nada.