Llegamos al final del 2013 con más pena que gloria económica para la gran masa de ciudadanos paganos, es decir los que pagan, y con los bolsillos cada vez más vacíos. A punto de que termine el año quiero compartir mis tres deseos para la economía de 2014, que serán más ilusiones que hechos, pero nos ayudarán a mantener la esperanza en el futuro.
1 Que la Comisión Europea diga basta al círculo creado por la Banca y el Estado en la utilización del dinero que viene de Europa.
Que no solo vigilen que los Bancos sigan siendo fiables, si no que no permitan que destinen ese dinero barato que les presta Europa a seguir aumentando el volumen que destinan a comprar deuda y préstamos al sector público, con un incremento respecto al año pasado de un 18% . Y así empiecen a dar créditos a pymes y familias con penalizaciones si no lo hacen.
2 Que aumente el PIB en España
Es decir lo que producimos entre todos los españoles. Algunos, los más presimistas, prevén que el PIB aumente el 0,2% ,, mientras que los más optimistas calculan una subida de hasta el 1,2%.
Si el PIB sube, las familias y las pequeñas y medianas empresas podrán destinar más fondos a desatascar el volumen de préstamos que soportan, y así podrán aumentar la capacidad de ir a un banco a pedir préstamos para incrementar, a su vez, el consumo de las familias y la capacidad de producir más de las empresas. En el caso contrario, con un ahogamiento financiero que llega ya al 30% de las pymes españolas, éstas tendrán difícil contener la sangría de los ERE en sus plantillas.
3 Que baje el paro en las regiones que necesitan más ayuda.
Mi deseo para 2014 es que en regiones con muchas necesidades, como Extremadura, los presupuestos públicos destinados al objetivo de reducir el paro den como resultado que, a partir del verano de 2014, las tasas de desempleo se contengan y auguren un 2015 destinado a crear empleo.
Y son tres deseos para la economía del 2014. La realidad más próxima es que, en pocos día, nos volverán a subir la luz, empezaremos a pagar la cuesta de Enero, llegará la liquidación de las tarjetas de crédito de la Navidad, habrá que empezar a pensar en el IBI, y en cómo seguir pagando nuestros préstamos mientras organizamos nuestras finanzas domésticas como explicabamos hace algún tiempo.
Solo nos queda aguantar este año 2014 de transición hacia lo que, para unos serán “brotes verdes”, para otros “el final del túnel”, y para nosotros, los paganos de la fiesta de todos, solo deseos mientras esperamos el ansiado 2015 haciendo malabares con nuestras maltrechas nóminas… o lo que nos queda de ellas a los que todavía nos quedan…
Feliz Navidad, nos vemos el año que viene y por supuesto… Feliz 2014.