Estamos oyendo en estos últimos días que el Gobierno prepara un anteproyecto de ley para regular ésta práctica. El crowdfunding, como financiarse entre particulares es su objetivo, Pero en nuestra economía de camilla nos hace falta saber qué es y en qué puede afectar a nuestros bolsillos.
El crowdfunding es una práctica de financiación de proyectos entre particulares que comenzó con las startups, y que se ha ido extendiendo a otros proyectos, unos filantrópicos y otros no. Financiar proyectos a sectores a los que los bancos no ofrecían respuestas financieras se había convertido en algunos casos un imposible, y la sociedad civil habilitaba de esta manera una fórmula que aabría los caminos para resolverlo a través de la cooperación entre particulares que, en la actualidad se gestiona a través de plataformas de crowdfunding.
Existen cuatro tipos de crowdfunding que, a su vez, podemos agrupar de dos en dos:
Estos dos primeros tipos nacen de la cooperación social para sacar adelante proyectos culturales y sociales, musicales, producción de discos etc.
En el que no hay contraprestación para la persona que pone el dinero para el proyecto. El financiador pone el dinero por el gusto de que salga adelante por razones sociales, culturales, musicales etc.
Pone el dinero sin esperar nada a cambio.
En este caso el financiador que pone el dinero espera recibir algo como si de un mecenas se tratara, pero ese “algo” es habitualmente un producto o servicio del tipo que sea, artísticos, culturales etc.
Espera recibir algo a cambio en especias.
El que pone el dinero en un proyecto espera recibir a cambio resultados financieros. Y estos dos tipos son los que más problemas y polémicas están generando a la hora de realizar el anteproyecto legislativo del Gobierno porque las retricciones previstas dejarían muy mermada la capacidad de financiar.
El que pone el dinero en este proyecto espera tener una participación de la sociedad y obtener beneficios económicos por ella.
Este tipo de operaciones se realiza a través de plataformas, normalmente habilitadas a través de páginas web, que unen ( mancomunan) las pequeñas aportaciones de diferentes personas para completar la financiación del proyecto que se trate.
El financiador, por el dinero que aporta, consigue las participaciones que le dan derecho a recibir beneficios del negocio de que se trate.
En este tipo lo que se ofrece a cambio del dinero aportado son intereses que se denominan “precio del dinero”. El receptor del dinero se compromete a devolver el importe completo más los intereses pactados. Igual que si se tratara de un préstamo bancario.
En todos los casos se trata de fórmulas alternativas de financiación que la sociedad ha tenido que buscarse como opción a la falta de apoyos de la Administración Pública por una parte, y de los Bancos por otra, y que la posible competencia a estos últimos pudiera parecerle a algunos que es la causa por la que el anteproyecto del Gobierno está apuntando importantes restricciones en el crowdfunding en España
Esperamos que saber que este post: el crowdfunding, como financiarse entre particulares, pueda ser útil a algunos proyectos de micro pymes que estén pendientes de buscar financiación y que los legisladores recuerden que para el emprendedor lo que no son cuentas… son cuentos.