Ayudar a la gestión de los autónomos es ayudar a crear empleo y riqueza y hay sectores especialmente sensibles a esa gestión. Se trata de sectores que, por su idiosincrasia, son habitualmente proclives a un “desorden organizado” que les es suficiente para gestionar los procesos económicos de su negocio, sin darse cuenta de que la gestión de la economía en su negocio no es un mal necesario, sino una parte esencial del mismo, que puede reportarle beneficios o evitarle muchos quebraderos de cabeza de ahí la importancia de conocer al menos, Cuatro claves para organizar mejor nuestra empresa
El desorden en los papeles y en la economía de las pequeñas empresa se da fundamentalmente en profesionales liberales, en agricultores y todos aquellos autónomos y pequeños empresarios que consideran que “los papeles son un mal necesario” que tienen que abordar, pero realmente no lo hacen de una forma organizada y sistemática.
Pero unas sencillas normas pueden ayudarnos a gestionar inteligentemente nuestra economía y nuestros papeles, y con ello obtener resultados económicos positivos que se sumarán a los que generen nuestro propio negocio.
Normalmente se produce un desfase entre cobros y pagos. La tardanza en el pago de los organismos oficiales a profesionales liberales o de las subvenciones al campo nos obligan a gestionar con inteligencia la tesorería. Si tienes una asesoría, ésta debe hacerte un plan de tesorería para determinar las puntas de necesidades y sobras, y gestionar líneas de crédito o de descuento de certificaciones o pagos de organismos. Te saldrá más barato que los descubiertos en cuenta que tan alegremente te ofrece tu entidad al 24%.
Tener en propiedad tu local de negocio o invertir en activos pueden suponer la obtención de una rentabilidad fiscal. Si tienes una línea de ingresos estables, y los alquileres que pagas son casi iguales a lo que te cuesta el pago de una hipoteca, necesitas averiguar qué es mejor fiscalmente para ti: si alquilar o comprar.
Hay típicos sectores donde una vez “muerto el perro, se acabó la rabia”. Abogados, médicos, arquitectos, hacen trabajos “urgentes” que, una vez resueltos no parecen tan “urgentes” de liquidar, y ello convierte las cuentas a cobrar en una incómoda carpeta de amigos y conocidos que, cada vez que ves, recuerdas lo que te deben y no te pagan, porque para ellos no es mucho, pero la suma de todos ellos es importante para ti.
Los autónomos suelen tener buenos precios para la compra de sus materias primas, crédito para los encargos que reciben, y buenos descuentos para el pronto pago. Pero sin un plan de tesorería que nos permita anticiparnos a las necesidades de liquidez, tus compras están destinadas a ahogar tu día a día. No lo olvides.
En casi todos los casos, los autónomos acuden a los servicios de una asesoría que “lleva los papeles”, y se limitan a contabilizar tus facturas, emitir las nóminas de tus trabajadores, y presentarte los modelos fiscales. Quizás, en vez de pagarles “una mensualidad de guerra”, deberías pensar en que te amplíen los servicios con la gestión de tesorería, gestión de cobros y facturación, que son los tres quebraderos de cabeza de todo profesional liberal, y cuyo tiempo vale mucho dinero en producción.
Y aún se me ocurre algo más. Igual que contratas un auxiliar para tu clínica de dentista, por ejemplo ¿cuánto te cuesta media jornada de un auxiliar administrativo cualificado que resuelva todo lo anterior? ¿Has probado a calcular lo que estás perdiendo por no hacerlo?. Porque si sumas todos los importes, te darás cuenta de lo barato que es que te gestione un profesional todas estas cuestiones.
No lo olvides. No luches las cuatro pesetas y tires el duro porque lo que no son cuentas… son cuentos y, a veces, lo barato, sale caro.