El principal problema que tiene el emprendedor a la hora de poner en marcha sus proyectos de empresa es dónde buscar y encontrar los fondos que van a sustentar su plan de viabilidad. Encontrar el dinero que haga realidad las inversiones de activos y nos permitan hacer frente a las necesidades de tesorería y circulante se convierten en la principal obsesión de cualquiera que quiere emprender un negocio y la clave es donde buscar dinero para crear tu empresa
Por ello, tanto si queremos financiación como endeudarnos, y para tomar las decisiones económicas correctas, debemos conocer unas claves fundamentales que nos permitan actuar de forma que el emprendimiento no termine en tragedia.
Las entidades financieras esperan de ti que cumplas tres requisitos básicos para que puedan concederte la financiación necesaria.
Solo podrás demostrar dicha estabilidad con un plan de tesorería desarrollado al menos a tres años, y mes por mes, que demuestre que el conjunto de entradas económicas sea suficiente para dar respuesta al total de salidas mensuales, y de tal manera que la diferencia final de ambas sea una tesorería positiva.
Además de ello, la cuenta de resultados debe arrojar anualmente un saldo positivo ya que tener equilibrada la tesorería no es razón suficiente para dar financiación. Además de poder pagar mensualmente, los bancos esperan del emprendedor que genere los beneficios suficientes como para hacer frente, no solo a los pagos, sino al reparto de beneficios y a las futuras inversiones.
La capacidad de pago que debes demostrar ante los bancos a la hora de buscar financiación no depende solo de la capacidad de generar ingresos con tu negocio, y que en tu Plan de Viabilidad estarán perfectamente justificados. Las entidades bancarias esperan además que, en caso de que se produzca algún desequilibrio, el emprendedor pueda aportar los fondos necesarios para poder hacer frente a las obligaciones de pago derivadas de la financiación.
Querrán saber, por ejemplo, qué otros préstamos tienes, cómo están sus pagos, cuánto ahorras, cuánto aporta tu cónyuge, y si todo eso coincide con lo que dice tu declaración de IRPF.
Si el objetivo está claro, tu plan de negocio bien hecho, e identificada la necesidad y los clientes, no debes tener problema para aportar garantías adicionales al financiador.
Esto quiere decir que la entidad financiera quiere cubrir el riesgo de que tu no puedas pagar el préstamo porque el proyecto no sea estable, y que ellos se tengan que cobrar en bienes suficientes. Pero no olvides que para esto están las SGR, Sociedades de Garantía Reciproca, para ayudarte en un trance de este tipo en el caso que no tengas bienes suficientes para garantizar la operación.
En definitiva, el Banco necesita saber si tu emprendimiento es suficiente para devolverle lo que le pidas; si, en caso de que no poder devolverlo con el negocio, podrías conseguir el dinero de otro modo; y si todo ello falla, si las garantías son suficientes.
Las claves para conseguir un préstamo, y por tanto para endeudarnos para crear la empresa, dependen de la capacidad de generar ingresos que tengas y de la habilidad para transmitir al banco cuáles son los puntales de tu negocio: producto, mercado y clientes suficientemente afianzados.
Para sobrevivir con tu empresa mientras que estos tres puntales del negocio se van convirtiendo en realidad, deberás apoyarte en los fondos inicialmente aportados en tu plan de tesorería o en la póliza de crédito conseguida para tal fin. La única opción para conseguir esto sin endeudarse es ajustar la tesorería a tu aportación inicial, porque lo que es claro es que ningún coche funciona sin gasolina, y ningún negocio sin dinero
Nuestro negocio estará maduro, habrá cogido altitud de crucero en la generación de ingresos y, para todo ello, tendremos que empezar a ser gestores de nuestra tesorería para evitar imprevistos o sustos, y para demostrar que tenemos capacidad suficiente para la autogestión.
En estos tiempos de crisis estamos aprendiendo que no podemos andar solos en el difícil mundo de los negocios cuando estamos empezando. Cuando las cosas vienen apretadas es cuando más necesitamos asesoramiento externo. Piensa que la costumbre general es llamar a un abogado, no antes de que surja un problema, sino cuando este es imposible de resolver, por lo que de poco suele servir.
Pues en finanzas ocurre algo parecido. Contar con asesores financieros de gestión de tesorería, plan de viabilidad y gestión empresaria, siempre será más barato que pagar intereses de demora, e incluso llegar a cerrar nuestro negocio por no saber planificar ingresos y gastos.
En la actualidad hay asesores especializados en este tipo de gestión, lo que es muy diferente de la tradicional asesoría para llevar la contabilidad. Estos asesores nos pueden prestar apoyo a la hora de decidir qué tipo de operaciones de financiación necesitamos, cómo solicitar operaciones de préstamos, la preparacion de la documentación, acompañamiento en la solicitud, e incluso nos ayudan a generar confianza en el banco en los que solicitamos ayuda al demostrar que, detrás de la gestión, hay profesionales financieros.
En definitiva, cuando queramos emprender y busquemos el dinero para hacerlo, es bueno que tengamos alguien junto a nosotros que no duerma por resolver nuestros problemas. Sale más barato que, por intentar ahorrar, gestionemos todos estos asuntos de cualquier manera, lo que terminar siendo carísimo.
Y ya sabemos que, en economía, lo que no son cuentas, son cuentos.