La reunificación de deudas es una solución de emergencia para dejar todos tus pagos mensuales de préstamos en uno solo crédito hipotecario, más asequible de pagar, pero más caro, y planteado a más largo plazo.
Aunque no sea lo mejor, muchos tendrán que tomar la decisión de reunificar sus deudas porque, aunque no hay mal que 100 años dure, esta crisis va para largo para los consumidores. Con el agua al cuello por las deudas, muchos ciudadanos medios verán que su situación económica y laboral no mejorará a corto plazo, y tendrán que tomar decisiones que supongan un respiro en su economía a corto plazo, pero que puede supondrán “pan para hoy, y hambre para mañana”.
Cuando nuestro bolsillo ya no da más de sí para pagar la hipoteca de la casa, el préstamo del coche que nunca termina, el préstamo personal que se nos ocurrió pedir para cambiar la cocina, y las malditas tarjetas de crédito que se comen el 80% de la nómina a primeros de cada mes, y nos obligan a volver a reiniciar el círculo maldito del crédito de tarjeta para poder seguir sobreviviendo en el mes siguiente.
Cuando llega ese momento, unir todas las deudas en una bajo el paraguas de la hipoteca de nuestra vivienda puede suponer la liberación mensual de hasta el 50% de nuestra liquidez y con ello, la salvación en una situación que no tiene visos de mejorar a corto plazo.
Imprescindible es tener una vivienda con hipoteca que haya sido liquidada en el importe suficiente como para que quepan el total de deudas a reunificar. En realidad, poseer una vivienda nos coloca en una situación delicada porque, con la caída del valor de los pisos, pudiera ser que aún habiendo reducido la deuda inicial del préstamo hipotecario, el valor de tasación actual de la vivienda no permita incluir la totalidad de “otras deudas” que pretendemos.
En caso de que ello no sea un problema, conseguiremos unir todas bajo el mismo préstamo hipotecario, pagar menos intereses que lo que pagamos de los préstamos personales y tarjetas, y ampliar el plazo para pagar, con lo que bajaremos hasta un 50% el importe mensual a liquidar por todas nuestras obligaciones prestatarias.
Es evidente que hay costes, porque los honorarios de los profesionales a los que se la encargamos, las comisiones de cancelación de los préstamos personales, las comisiones de cancelación de la hipoteca original, más la comisión de apertura de la nueva y los impuestos y gastos de notaría y registro, se llevarán un pico, pero siempre podremos incluir todos estos gastos en nuestra nueva hipoteca, por lo que no estaremos obligados a un desembolso instantáneo de fondos.
Las ventajas ya las hemos visto. Nos quedamos con la obligación de paga mensualmente hasta la mitad de lo que teníamos que aportar en la anterior situación.
Pero las desventajas existen, y son muchas:
1) Los gastos. Habremos aumentado el global de nuestras deudas porque las comisiones, gastos e impuestos que hayamos incorporado se podrán llevar hasta un 10% del montante total.
2) Más tiempo: Estaremos pagando deuda durante muchos más años, y es posible que, al jubilarnos, todavía estemos pagando el coche que compramos hace 20 años. El precio del coche normalito que nos compramos, más los intereses devengados en 20 años, puede habernos costado al final como un vehículo gran lujo.
3) Pago de intereses. También es probable que si optamos por la modalidad “interest only” (sólo interés) con el objetivo de pagar aunmenos importe mensual, nos daremos cuenta que pasado un plazo no habremos pagado absolutamente nada de capital y quedespués de cinco u ocho años, no haya disminuido nada nuestra deuda.
4) La dificultad. Si aun así nuestra situación nos obliga a ello, hay que pensar que este tipo de operaciones ya no se hacen fácilmente en los bancos, por lo que existen intermediarios financieros especializados en este tipo de gestión .
Mi consejo es que, aunque sea una opción desesperada, y en tiempos desesperados hay que tomar decisiones desesperadas, no lo hagas a pecho descubierto: infórmate y aconséjate a través de profesionales que sepan lo que hacen, y te sirvan de intermediarios entre tú y este tipo de gestores financieros.
Estos profesionales terminarán saliendo más barato que ir solo y a lo loco en esta aventura porque siempre te aconsejarán lo mejor para ahorrarte ese último euro. Y te aseguro que, en este tipo de situaciones, un profesional de confianza hace falta porque lo que no son cuentas… son cuentos.