La controversía de la publicación en la edición impresa del periodico Hoy de Extremadura,de mi articulo: “Valdecañas”, como podía suponer ha abierto la controversia entre economía y sostenibilidad medioambiental. Era de esperar.Como también es de esperar que la economia verde sea una oportunidad de futuro a nuestra economía doméstica, a la economía de los pequeños,a la fijación de la población al medio rural y a la resolución de grandes problemas como el paro crónico que afecta a muchos sectores de nuestra sociedad, fundamentalmente mujeres y jóvenes.La economía verde es posible.
España en general, y regiones como Extremadura en particular, necesitan respuestas a la relación entre naturaleza-población-riqueza y sostenibilidad del ecosistema natural que tiene que correr parejo al del ecosistema rural y humano y a su capacidad de emprender nuevos negocios en simbiosis con la naturaleza.
Que la actividad humana ha sido hasta ahora demoledora sobre los ecosistemas , es tan cierto como que el futuro corre parejo a economías bajas en huella de carbono y de equilibrio estable entre medio ambiente y crecimiento económico.
Han sido un factor más del capital. Un input de la producción, y como máximo se han establecido sistemas que aplicaban penas en función de la premisa “quien contamina paga”. De hecho, en Europa las emisiones de dióxido de carbono se han repartido en función de cupos que incluso eran transferibles entre empresas y países contaminantes y no contaminantes.
Podríamos llamarla economía verde, y estaría dispuesta a llegar hasta nuestros bolsillos domésticos en forma de emprendimiento sostenible y economía social , porque daría soluciones al emprendimiento para salir del paro, y dar soluciones al paro creciente femenino o de los jóvenes, los grande sectores de la población perjudicados de nuestro ecosistema laboral. Son tiempos de entender que no tiene que haber intereses necesariamente contrapuestos.
¿Por qué es obligatorio que haya derecha e izquierda, y medio ambiente o desarrollo económico? ¿Quién nos puede impedir que escojamos lo mejor de todos, y hagamos avanzar nuestras regiones? ¿Quiénes son los políticos para imponer a la sociedad civil como tenemos que pensar? Hay otra opción, que los intereses aparentemente contrapuestos desaparezcan para que nazca una sociedad sostenible en su conjunto, una sociedad en la que satisfacer las necesidades actuales de sus miembros no comprometa las posibilidades desarrollo y medioambientales de las generaciones futuras.
Con una economía verde en la que la economía nunca podría sobrepasar los límites que admite la naturaleza, y cuyo equilibrio es el que puede darnos el margen suficiente para que los ciudadanos podamos beneficiarnos incorporando nuevos factores como el autoconsumo en la gestión de la energía, o la utilización de los recursos naturales en el turismo verde desde el punto de vista de la transformación del patrimonio natural.
Sería entender que la naturaleza no es un limitador de la actividad económica, sino un propulsor de dicha actividad en todo aquello que beneficia a ambas: recuperación, protección y aprovechamiento de nuestros entornos naturales para generar nuevos ámbitos económicos. Sería avanzar hacia una sociedad sostenible y baja en carbono. Ya existen las empresas B, que piensan en todos, también tenemos derecho a una ecología que piense en todos.
En nuestra economía doméstica, hablar de economía verde significaría hablar de medidas como el autoconsumo eléctrico y las posibilidades de que las renovables puedan generar suficiente energía como para compartir la sobrante con aquellos que no tienen posibilidad de pagarla, el cooperativismo verde, la regeneración de nuestros montes, la gestión de la biomasa, el turismo verde.
Es una economía baja en carbono, y la próxima semana os contaré qué oportunidades nos ofrece. La economía verde no sería el factor limitante de la actividad humana, sino el detonante de nuevas oportunidades de desarrollo y emprendimiento e innovación. Creer en la economía verde es una idea perturbadora que solo puede recoger opiniones contrarias de los políticos: para unos será insuficiente, para otros la fotografía del neoliberalismo, para nosotros… una solución para dejar de ser trabajadores pobres, emprender y defender nuestro derecho al trabajo con la defensa a ultranza de la naturaleza, porque esta será el motor de nuestra riqueza.
Necesitamos normativas, políticas, ayudas e incentivos , así como una infraestructura jurídica y los protocolos comerciales necesarios para terminar con la economía marrón alta en carbono, y empezar una economía verde que tenga objetivos claros: defensa a ultranza de la naturaleza sostenible y de nuestras gentes para fijar la población a nuestros territorios, y que su vida sea igual de sostenible que el medioambiente. Ya existen, y os las contaré la semana próxima Tienen que salirnos las cuentas de nuestro medioambiente y de nuestras gentes, y que no nos cuenten historias que solo pretenden llevar el ascua a sus sardinas de votos, porque lo que no son cuentas, son cuentos, y en este tema también hay muchos.