Hemos pasado años sin disponer de dinero para la cobertura de nuestras necesidades inversoras. Los Bancos cerraron los grifos con la crisis y los abren muy poco a poco, pero las necesidades de fondos para invertir, necesitan respuestas más rápidas y ágiles. Ahí, es donde los préstamos entre particulares han encontrado su nicho de mercado. Aun así no pierdas de vista esa Banca que viene con nuevos planteamientos.
Son una tendencia nacida de la economia colaborativa que iniciada en Estados Unidos está muy extendida por Europa aunque todavía tendremos que saltar las barreras de la confianza en España, pero que ya empiezan a funcionar. Son préstamos entre particulares o personas físicas con todas sus bendiciones legales en una relación entre prestamista que tiene derechos como tal y prestatario o quien recibe el dinero que se obliga a su devolución además de ofrecer una rentabilidad.
Para la gestión de los dineros se utilizan plataformas web, al igual que los sistemas de inversión que ya vimos de Business Angel o crowfunding. El desarrollo de Internet y la facilidad con la que cualquiera con un smartphone pueda conectarse con cualquiera facilita que inversores, que aportan los fondos y prestatarios, que los necesitan, contacten a través de plataformas habilitadas al efecto que además de poner en contacto a prestamista y prestatario, puede ofrecer los servicios de estudio de operaciones y calificación crediticia para que de una manera sencilla y algo más segura que lanzar una moneda al aire, el inversor pueda decidir donde coloca su dinero con mas rentabilidad que lo que están ofreciendo hoy los bancos y el prestatario pueda conseguir los fondos para dar respuesta a sus necesidades.
La realidad es que en España estamos en el principio de éstos sistemas por lo que aun no están desarrolladas las normativas que ofrezcan el marco legal y de seguridad necesarios para conseguir el objetivo de una regulación efectiva.
En la actualidad las operaciones se formalizan en contratos privados donde se plasman las condiciones y acreditan las existencia de los préstamos. No olvidemos que la existencia de repercusiones fiscales debería ser al menos la base de una legislación más extensa al respecto.
Dirigirte a alguna de las plataformas que existen en Internet. En España no están muy desarrolladas y podemos encontrarnos con plataformas prestamistas que pueden llegar hasta 12.000 euros a devolver en plazos cortos de hasta 90 días con unos tipos de interés que rondan el 30%.
En principio, cualquiera que pueda acceder a una plataforma web de este tipo puede conseguir éste tipo de fondos.
No obstante, tienen que cumplir requisitos no tan exigentes como los bancarios peros si someterse al cumplimiento de requisitos mínimos. Por ejemplo no estar en Asnef o Equifax, tener nómina estable, una declaración de la renta que demuestre la existencia de una vida económica, una vida laboral para que se pueda corroborar que la nómina presentada está vigente y que en sucesivos meses van a poder devolver el importe prestado y al menos los movimientos bancarios de los tres últimos meses.
Pues como en todo. Los correos con direcciones en servidores públicos, las redacciones de mensajes con expresiones poco habituales en español ya que utilizan traductores automáticos, la solicitud de datos bancarios demasiado exhaustivos y sobre todo la solicitud de pagos de servicios previos de seguros, gastos de gestión y demás milongas deben ser las claves que te pongan en guardia.
No existe el dinero fácil. Dinero del blanqueo delictivo, intereses de usura todo ello deberían ser las alertas que te llevaran a la oficina de seguridad del internauta del gobierno.
Ya hemos hablado en muchas ocasiones de las nuevas fórmulas de financiación desde que los Bancos dejaron de ser eficientes para ello ,pero no olvides que no existen atajos en la economía. El dinero fácil no es fácil o bien te pueden engañar o es “raro”, porque todos sabemos que no se gana sin esfuerzo y en este asunto más que nunca…lo que no son cuentas…son cuentos