Los autónomos sostienen buena parte de la economía local. Son 3.5 Millones y sus prestaciones sociales no son las mismas que las de los trabajadores por cuenta ajena. Y a menudo su trabajo carece de la red de estabilidad que merecen. Si queremos un tejido productivo más sólido y esta es una realidad de nuestra economía, debemos apostar por fórmulas que premien la constancia, apoyen el arraigo territorial y protejan a quienes más lo necesitan. Tenemos que convertir la experiencia y el esfuerzo autónomo en motor de desarrollo, arraigo al territorio y cohesión financiera.
Si queremos un tejido productivo más sólido, debemos apostar por la continuidad, la equidad y la inclusión financiera ya que la clave es convertir la experiencia y el esfuerzo autonomo en motor de desarrollo y cohesión financiera y eso solo puede hacerse de la mano de la Banca y las instituciones.
La creación de un negocio es solo el primer paso. Lo que realmente fortalece la economía es la permanencia del autónomo en el tiempo. Desde algunas administraciones publicas priman a quienes mantienen su actividad de forma estable durante varios años, como reconocimiento a su contribución al empleo y al sistema económico, pero no se puede apostar por una aportación economica que faciite su arranque sino un acompañamiento continuado que les permita resolver sus necesidades financieras tanto de circulante como de activos fijos.
Los incentivos refuerzan la confianza, permite planificar con perspectiva y mejora la capacidad financiera de quienes deciden apostar por su propio proyecto profesional.
El futuro económico también se juega en los pueblos.Fomentar el emprendimiento en entornos rurales no es solo una cuestión social, sino financiera.Cada autónomo que mantiene su negocio en un municipio pequeño genera circulación económica y fija población, genera economía local y para ello habrá que compensar las dificultades de acceso a servicios financieros y de estimular la inversión prevista.
Proponer líneas de apoyo específicas o bonificaciones para quienes desarrollen su actividad en entornos rurales podría equilibrar el acceso al crédito y dinamizar zonas donde el talento existe, pero los recursos financieros escasean.
Dos colectivos merecen especial atención: los autónomos con ingresos modestos y los mayores que desean seguir activos.
Como habría que promover de una manera realista?:
Ambos son pilares de la sostenibilidad economica del sistema. Los primeros con su esfuerzo diario, los segundo por su conocimiento y experiencia.La inclusión territorial también es inclusión financiera.
Tenemos que construir una visión financiera del trabajo autónomo basada en: la estabilidad, la inclusión y el desarrollo territorial porque apoyar al autónomo es apoyar el equilibrio económico del país.
Desde el asesoramiento financiero debemos impulsar medidas que fomenten la planificación, la solvencia y la responsabilidad a largo plazo.Convertir estas ideas en realidad sería dar un paso decisivo hacia un modelo económico más sostenible, más humano y más comprometido con quienes cada día hacen posible el movimiento de nuestra economía.
Apoyar al autónomo no es un gesto, es una estrategia de país. La economía se equilibra cuando quienes la mueven tienen estabilidad y confianza. Desde el sector bancario, el compromiso debe ir más allá del crédito: debe ser socios estratégicos en su crecimiento, impulsores de su planificación y garantes de su inclusión financiera. Invertir en ellos es invertir en el pulso real de la economía, en un futuro sostenible que se construye con compromiso, planificación e inclusión. Porque no hablamos solo de cifras: hablamos de personas que cada día hacen posible que el país avance.Porque lo que no son cuentas…son cuentos ( asaez@icaba.com).