Es la historia de un matrimonio que sufrió el asedio romano en Numancia. Pero a través de ellos, de Lira y Marandro, de su amor para toda la vida, de su sufrimiento que comparten…Consiguen traspasar la barrera de la orchestra y llenar los corazones del público de amor, pero también de sabor agridulce por la pérdida de la vida, de una vida compartida en la que cualquiera se siente identificado. Es una de las ventanas que se abren en ‘El Cerco de Numancia‘ que ha conseguido el Premio CERES del Público que otorgan periodistas especializados en el Festival de Mérida.
LA OBRA
Lo primero del montaje es: Damián Galán. El responsable de la escenografía ha envuelto el recinto del teatro romano de sangre, bolsas de sangre que cuelgan de la valva regia. Sangre desparramada en la arena del Teatro Romano cuya arena ha tornado en negra. Sangre en las decenas de lanzas que custodian a ambos lados de la escena. Sangre que aparece en una proyección de video en uno de los obeliscos que se levantan impasibles frente al público. Todo tiene sentido, todo abruma, incluso por momentos es exagerado y despista de la tensión dramática de los actores, pero todo es impresionante. Excelente trabajo de uno de los escenógrafos que mejor conocen el espacio del Teatro Romano, y que una vez más, ha vuelto a sorprender. Como decía la periodista Esperanza Rayo: Paco Carrillo ha concebido la obra “para que todo sobresalte pero nada sobresalga del resto, todo al mismo nivel, interpretativo y visual”. Y así es.
El segundo aspecto del montaje es: La propuesta narrativa que ha creado el director de la obra: Paco Carrillo. Apoyado en un texto de Florián Recio, que ha realizado un trabajo extraordinario de simplificación de una obra de Cervantes que se hace tediosa y densa, incluso permitiéndose unas licencias que la hacen contemporánea. Pues el director ha creado unas gomas elásticas desde donde realizan su parlamento los ciudadanos de Numancia. Esa sensación de atadura, ahogamiento, cerco…se consigue desde el primer minuto con este recurso. Y la escenografía, el texto y la dirección han separado claramente las dos versiones de la tragedia: La romana, donde incluso y gracias a los papeles de José Francisco Ramos (Premio CERES de la JUVENTUD) y Juan Carlos Tirado llegamos a entender y a empatizar con el sufrimiento de cada uno de los soldados que estuvieron durante años luchando en una guerra de poder y ‘estrategia’ que acabó desesperando a todos.