Hoy, 20-N, casi 36 millones de españoles estamos convocados a las urnas. Todos los agoreros vaticinan que la gran mayoría se lanzará, entre desesperados y esperanzados, en brazos de un gallego que ha hecho profesión de su ambigüedad. No, no es don Paco redivivo, vade retro, sino don Mariano, un demócrata como Dios manda… o no.
Mariano está cortado por el mismo patrón que el españolito medio y que nuestros dos últimos presidentes, Josemari y José Luis: es un hombre gris, corriente y moliente, ni chicha ni limoná. El secreto del éxito de los tres es haber sido para el partido el tercero en discordia, el candidato de consenso entre dos extremos, el punto medio, lo que no significa que en ellos esté la virtud. He aquí tres políticos hegelianos: síntesis de la acción y la reacción. Aunque una vez dejada la Moncloa, Josemari pasó a la reacción. ¿Se hará José Luis un hombre de acción?
Fiel a su estilo ambiguo, Mariano se dice de centro, lo que no quiere decir que esté centrado. Mas esa ambigüedad nos puede salir cara. Lo advierte el diario conservador británico ‘The Times’, propiedad del grupo de Rupert Murdoch, del que, curiosamente, Josemari es consejero. Ya dicen que no hay peor cuña que la de la misma madera. En un artículo firmado por un tal Charles Bremmer, ‘The Times’ culpa a la falta de concreción de Mariano de que la prima de riesgo española batiera récords en los últimos días, porque asustó a los mercados cuando, bromeando, dijo en un acto de campaña: “No tengo por costumbre no cumplir con mis compromisos y hasta ahora no me he comprometido a nada”.
Sin embargo, los usureros no están para bromas y exigen garantías de que se les devolverá lo prestado, y con crecientes intereses. Y eso pasa por más ajustes de cuentas. Mariano se puso gallito y dijo que no admitirá órdenes ni de Europa ni de nadie, pero luego se le bajaron los humos y les ha pedido más de media hora de margen para juntar el dinero. ¿Cómo? Solo ha dejado claro que recortará en todo, salvo en sanidad, educación y pensiones. No me cuadra, pues se me hace misión imposible que, sin subir impuestos ni meter la motosierra en los pilares del Estado del bienestar (sanidad y educación se llevan más de dos tercios de las cuentas autonómicas y las pensiones la mitad del presupuesto consolidado del Estado), don Mariano, sin ser Harry Potter, logre los más de 30.000 millones que dice que necesita para cumplir el objetivo de déficit exigido por la UE en 2012.
No te preocupes, Mariano, que desde Wall Street, Berlín y Washington ya te dirán qué debes hacer y a quién debes poner como tesorero. Porque, desengáñense, nuestro derecho al voto es más nominal que real; poco le importa a los titiriteros del planeta a quien elijamos, ya que no hará lo que nosotros le digamos, ni siquiera lo que le dé la gana, sino lo que ellos le manden.
Lo siento, Mariano, no te quiero aguar la fiesta de esta noche. ¡Venga, champán y mujeres para todos! Lo ha prometido el presidente del PP de Valencia, Alfonso Rus. ¡Toma ejemplo de austeridad e igualdad!
(Publicado en el diario HOY el 20/11/2011)