Aquel 12 de mayo la bancada popular se mostraba indignada con lo que el entonces jefe de la oposición y sus voceros calificaron como el mayor recorte social de la democracia. 26 meses después, el pasado 11 de julio, el hoy presidente del Gobierno superó esa triste plusmarca con un hachazo histórico a nuestro Estado de Bienestar, del que dependientes, funcionarios y parados son los que salen más esquilados. En cambio, la reacción popular en el Congreso fue diametralmente distinta. Máxime cuando Rajoy dijo que se reduciría la prestación por desempleo. En ese momento, la hinchada pepera prorrumpió en un atronador aplauso a su ‘amado líder’, que no pudo reprimir una sonrisa de hiena, seguido de un «¡Que se jodan!», espetado por la diputada del PP Andrea Fabra. Ante el pollo montado en las redes sociales, a Andreíta no le quedó otra que comérselo y asegurar que sus palabras, que no negó, no iban dirigidas a los desempleados sino a la bancada socialista. Pero de casta le viene al galgo, porque Andreíta es hija de Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón entre 1995 y 2011, promotor de aeropuertos ‘peatonales’, imputado por los presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal, y también célebre por su ‘fortuna’ en el juego –hasta nueve veces le ha tocado la lotería–, sus aires de matón e improperios como el «¡Qué hijo de puta!» que le soltó a un rival político.

Pero la espontánea Andreíta dijo en alta voz lo que se oye con frecuencia en la barra del bar y piensa una buena parte de sus correligionarios y votantes, que desean lo mismo –que se jodan– no solo a los parados, sino a los funcionarios, políticos, liberados sindicales y todo aquel que, a su entender, es un parásito que trinca del Estado. Y es curioso que muchos de los que piensan así son los que no dudan en engañar a Hacienda, no dar de alta en la Seguridad Social a sus empleados, pagar o cobrar en negro y responder: «Sin IVA». Esos son los pecadores por los que tenemos que pagar los justos. Es el argumento que esgrime el Gobierno para subirnos el IVA: como no lo paga ni Dios, en palabras del barón rojo, que lo paguen los ‘paganos’ de siempre. El ministro Montoro lo admitió sin ambages: «Si lo pagaran los que tienen que pagarlo no habría que subirlo tanto». Y menos que lo pagarán, pues subiéndolo se les incita a seguir defraudando, y más si, encima, se les premia con una amnistía fiscal. En cambio, que se jodan los ‘pringaos’ que cumplimos con el fisco, que se jodan los comerciantes, los hosteleros, todos los empresarios –aunque el primero que pidió que se subiera fue el patrón de los patrones, Juan Rosell–, porque aquí no va a consumir ni Dios. Con la subida del IVA perdemos todo porque estancará el consumo y, por ende, ahondará la recesión, como defendía el PP cuando no gobernaba. Incluso emprendió una «rebelión», liderada por Esperanza Aguirre, contra una medida que tachaba de «barbaridad» cuando la ejecutó Zapatero. Ahora Mariano sigue diciendo que no le gusta pero que no le queda otra, que está obligado. Pues, señor Rajoy, si no puede cumplir sus promesas ni su programa, que le jodan y váyase.

(Publicado en el diario HOY el 15/7/2012)