«La crisis es un juego de trileros. La mano será invisible pero está metida hasta el fondo en el bolsillo de los trabajadores (…). La crisis hace tiempo que no es la causa sino la excusa, un dardo paralizador que ha creado el clima para lograr un inmenso trasvase de riqueza. De lo que formaba parte de los salarios a los beneficios empresariales». Así comienza ‘Crisis, S.A. El saqueo neoliberal’, libro escrito por la periodista Ana Tudela Flores e imprescindible para entender que han hecho esos trileros con nuestro dinero.
Sin embargo, le han querido convencer, querido currito, de que la culpa de la crisis es suya por vivir por encima de sus posibilidades. Ni siquiera del policía encargado de vigilar a los trileros, el Banco de España, al que ha osado acusar el presidente saliente de la Comisión Europea –a buenas horas mangas verdes, señor Durao Barroso– haciendo saltar como un resorte al padrino Botín y compadres. Por eso, usted debe apechugar con la factura. Es la razón de Estado por la que debe cobrar menos y pagar más impuestos. Es el principio de la solidaridad capitalista: socializar las pérdidas y privatizar los beneficios. Y gracias a su solidaridad, querido currito, propiciada por la «extremadamente agresiva» reforma laboral de 2012, se han trasvasado casi 30.000 millones de euros desde el bolsillo de los trabajadores al de los patrones, como explica Tudela. Asimismo, su solidaridad está sosteniendo la maltrecha Hacienda Pública. Si en 2007 el 22% de lo que recaudaba lo aportaban las empresas a través del impuestos de sociedades, en 2013 era el 12%. En cambio, el IVA pasó de representar el 28% de la recaudación al 31% y el IRPF, del 36% al 41%.
España es el país de la OCDE, el club de los países ricos, donde Lázaro han pagado más los platos rotos por Epulón: mientras los ingresos anuales del 10% más pobre de la población cayeron un 12,9% entre 2007 y 2011, los del 10% más rico solo menguaron un 1,4%. Brecha que se habrá ensanchado en 2012 y 2013 por efecto de la reforma laboral y las subidas de impuestos. Es más, según el informe anual sobre la riqueza de la consultora Knight Frank, el número de los ‘megarricos’ (los que atesoran más de 30 millones de dólares) se ha disparado un 39% en España en la última década, hasta casi 3.500, y crecerá otro 22% en la próxima.
Pero el amo es bueno, querido currito, y entre 2015 y 2016, años electorales, le bajará los impuestos. Aunque la rebaja no le va a sacar de pobre y al rico tampoco le va a sacar de rico. Los principales beneficiarios serán 73.000 contribuyentes (los que ingresan más de 150.000 euros al año), el 0,3% del total, según el sindicato de los técnicos de Hacienda (Gestha). Las grandes fortunas además se ven beneficiadas por la rebaja de la tributación de las rentas del capital (las que ganan en Bolsa mayormente). Según Gestha, quien obtenga más de un millón en dividendos pagará proporcionalmente igual que un trabajador o autónomo que gane 50.000 euros. Las grandes empresas también son mimadas: dentro de dos años pagarán un 25% de impuesto de sociedades, en vez del 30% actual. En realidad apoquinan menos gracias a las deducciones, varias de las cuales se eliminan, aunque, vía trile fiscal, se crean otras.
En fin, en España aún no se ha llegado al punto de prohibir la mendicidad con penas de hasta tres meses de prisión, como planea el Gobierno noruego, pero la pobreza se penaliza donde más duele, en el bolsillo.
(Publicado en el diario HOY el 22/6/2014)