No hay día que no nos despertemos con fango en los ojos y el ánimo turbado. La culpa es de esos acaudalados ríos que se hincharon hasta hacerse grandes, pero que se volvieron turbulentos y enfangados y acabaron desbordándose, como el de la fábula que cita el filósofo David Hume en su ensayo ‘Del término […]