Aún no ha comenzado la campaña del 20D, pero nuestros ínclitos aspirantes a la poltrona monclovita ya están de plató de televisión en plató de televisión, de estudio de radio en estudio de radio, de redacción de periódico en redacción de periódico, vamos, de bote en bote, comprando voluntades. Están dispuestos a hacer lo que sea para el pueblo, por el voto del pueblo, pero sin el pueblo. Sobre todo, chupar cámara, lo que más vende. Es el precio del poder. Y si París bien vale una misa, la Moncloa bien bale un baile o dar el cante. El último en darlo ha sido esta semana Pablo Iglesias, que en el programa ‘El hormiguero’ se arrancó, guitarra en mano, a cantar un tema de su admirado (y mi admirado) Javier Krahe, fallecido este año: ‘Dónde se habrá metido esta mujer’, que dedicó «a las mujeres que están con un idiota y deberían dejarlo». Qué casualidad que eligiera esta canción a pocos días de las marchas contra la violencia machista celebradas el sábado y que Podemos sea el partido de los cuatro que encabezan las encuestas que menos votantes femeninos atrae (un 6,5%, siendo el PSOE el que más con un 18%), amén de que aún una de cada cuatro mujeres no haya decidido su voto, según el último barómetro del CIS, publicado el jueves.
El mismo sondeo confirma que la formación morada sigue en caída libre desde que en enero tocara el cielo y que Ciudadanos ya la ha desbancado del tercer cajón del podio. Podemos tanto se ha querido acercar al centro que se ha alejado de la izquierda y una creciente legión de sus votantes está desertando a IU, que empieza a salir del coma de la mano de Alberto Garzón, y al PSOE del telegénico Pedro Sánchez. Es lo que pasa cuando se prefiere bailar la yenka y coquetear con la más guapa, la de la rosa en el puño, que con la más fea, la del clavel rojo en el ojal. Ay, Pablo y Alberto, de presuntos implicados en una causa común, han pasado a cantarse aquello de «¡Ah! Cómo hemos cambiado qué lejos ha quedado aquella amistad».
El clan podemita tanto ha mirado el cielo que ha perdido el contacto con el suelo, con su base circular, y ya no creen en su proyecto ni los suyos. Solo un 5% de los inscritos en Podemos participó en la votación de su programa electoral. Un programa calculadamente ambiguo y que ha desdibujado promesas del pasado como la renta básica universal, una auditoría y reestructuración de la deuda pública española o sacar a España de la OTAN y terminar con la presencia americana en las bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla). Sobre este punto, su último fichaje, el jefe de la cúpula militar durante el segundo mandato de Zapatero, Julio Rodríguez, ha sido claro: «La OTAN es necesaria y Podemos respetará los compromisos».
Sabes, Pablo, me estoy acordando de otra canción de Krahe que él cantó a dúo contigo en la sala madrileña Galileo Galilei justo hace un año: ‘Cuervo ingenuo’. En este cáustico tema, Krahe arremetía contra Felipe González por incumplir promesas electorales como la salida del país de la Alianza Atlántica y acabar con el paro cuando llegó a la presidencia del Gobierno. Ay, Pablo, tú aún no has llegado pero, aunque hagas el indio y te disfraces de Coleta Morada, tú, como Felipe, «hombre blanco hablar con lengua de serpiente. Cuervo Ingenuo no fumar la pipa de la paz con tú, ¡por Manitú!».
(Publicado en el diario HOY 8/11/2015)