El paripé de esta semana pasada en el Congreso me ha dejado exhausto. Me siento como la víctima de un vampiro psíquico. El espectáculo circense que han dado nuestros políticos ha acabado con la paciencia de más de uno y de dos, incluido el maestro de ceremonias. Hemos visto de todo: funámbulos, trapecistas, ilusionistas, domadores […]