El jueves, de madrugada, los 27 brujos y brujas de la UE adelantaron Halloween y, reunidos en torno al macho cabrío de Durão Barroso y la calabaza de Van Rompuy, consensuaron un esperadísimo plan para proteger el euro del ataque de los vampiros del parqué. Horas después, las bolsas acogieron con regocijo más el trato en sí que su contenido, pues ya es una buena noticia que esa jaula de grillos que es el aquelarre europeo se ponga de acuerdo en algo. Los griegos también lo celebran, porque les van a quitar la mitad de la onerosa deuda que cargan sobre la chepa. Sin embargo, los cinco grandes usureros de nuestra piel de toro (Santander, BBVA, Popular, Bankia y Caixabank) están que trinan. No es para menos, el aquelarre europeo, liderado por la severa bruja del este y el pequeño druida galo, les obliga a recapitalizarse, o sea, a llenar más la hucha (mucho más que a sus colegas alemanes y franceses, pese a su elevadísima exposición al mal heleno), y eso que habían pasado con nota los malditos test de estrés, demostrando su solvencia. Le echan la culpa, como no, a Zapatero, un muerto viviente al que, una vez más, le han faltado bemoles para plantarse ante frau Angela y le petit Nicolas, quienes le han engañado con un truco que le han vendido como trato.
Pero el pato lo vamos a pagar los de siempre. Si los bancos españoles tienen que guardar más en la caja y no van a pedir ayuda a Papá Estado, que no está para nuevos dispendios, darán otra vuelta de tuerca al grifo del crédito: prestarán menos aún, amén de freírnos a comisiones. Papá Estado también se resentirá, porque los usureros patrios le comprarán menos títulos de deuda. Consecuencia: menos inversión, menos consumo, menos crecimiento económico, más morosidad, más cierre de negocios y más paro. Y ya son casi cinco millones las almas que penan sin oficio ni beneficio por el purgatorio del desempleo. Si es una de ellas, quizá encuentre trabajo como cobrador del frac y en los equipos de recobros de los bancos, uno de los pocos sectores en alza. Los usureros no perdonan las deudas y no escatiman esfuerzos para recuperar lo prestado. Dos ejemplos: el Popular ha duplicado, de 300 a 600 personas, el equipo que tiene para apretarle las clavijas a los morosos y Bankia cuenta ya con 900 cobradores.
No obstante, los usureros no tienen dinero para prestar a curritos y autónomos, pero sí para pagar generosamente los servicios prestados por sus altos ejecutivos. Según un informe de Comisiones Obreras, el salario que percibieron los consejeros y los directivos de las 15 entidades financieras españolas más importantes entre 2004 y 2010 se incrementó el 48%, el doble que su beneficio, que creció el 27%. Entretanto, la competencia bancaria merma, para desgracia de la gente con cuenta corriente: los peces gordos siguen comiéndose a los chicos, y el dinero cada vez se concentra en menos manos: las de Botín (el nuevo hombre del saco) y pocas más. Y llamarán a nuestras puertas para hacernos una oferta que no podemos rechazar: ¿la bolsa o la vida?, ¿truco o trato?
(Publicado en HOY el 30/10/2011)