Lo admito, soy uno de los “irresponsables” que secundó la huelga general del 14N. Sí, soy de los que lanzó ese “torpedo contra la recuperación” económica, pese a que tengo la dicha de trabajar. Lo siento, pero no pensaba en mí cuando cometí ese acto “injustificado” y “político”; pensaba en los 20,6 millones de personas (el 43,7 % de la población) que viven en situación de precariedad en España, dos millones más que en 2007, cuando se desató la madre de la crisis, según el informe ‘Adiós a las clases medias’, elaborado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
Desde hace cinco años, los sueldos de los trabajadores y autónomos no han dejado de menguar, mientras que las rentas altas han invertido gran parte de su capital en sociedades patrimoniales o diferentes instrumentos para reducir o eludir los pagos al fisco, como las sicav, que tributan al 1 %, motivo por el que Hacienda pierde cada año casi 300 millones de euros. Son datos del Gestha, que además revela que los más ricos también han evitado tributar el grueso de su patrimonio en el IRPF, declarándolo como ganancias de capital, cuyo gravamen más alto era del 21 % hasta la reforma de diciembre de 2011, que lo elevó al 27 %, que sigue siendo muy inferior al que soportan las rentas del trabajo (del 24,75 % al 52 %).
Los técnicos de Hacienda subrayan que esta desigualdad entre rentas bajas y altas también se ha ampliado por las sucesivas subidas de impuestos, especialmente del IVA y del IRPF. A ellas se han sumado los recortes aprobados en los últimos dos años y medio, un duro palo para el poder de compra de los curritos que cobran menos de 33.000 euros anuales, es decir, el 85 %.
Ay, pero el que perjudica a los trabajadores soy yo por hacer huelga. El Gobierno hace todo lo que está en su mano por sacarnos del hoyo en que nos están hundiendo cada día más las recetas que le prescribe la matasanos de Merkel. No hay alternativa. ¿Seguro? Pues esa pandilla de ‘rojos’ del Gestha dice que sí y, para contrarrestar la creciente precariedad de la clase media española, propone una serie de iniciativas con las que se recaudarían más de 63.000 millones anuales sin necesidad de ampliar las diferencias salariales y centrando las inspecciones sobre grandes corporaciones y fortunas, que concentran el 71,7 % de la evasión fiscal. Ay, pero eso sería tocar el bolsillo de los más afortunados y no queremos cabrearlos demasiado para que no se vayan con su capital a otra parte y dejen de apoyar a nuestros partidos.
Perdonen la osadía, señores que nos mandan, pero les doy un consejo, bueno, es de Plutarco: “Sin embargo, incluso si consigue y garantiza que la patria sea dócil ante las autoridades imperiales (Berlín en nuestro caso), el político no debe humillarla aún más, ni uncirle también el cuello cuando ya tiene las manos atadas”. Pues, ojo, el aumento de la precariedad y la desigualdad corroe los cimientos de la democracia y siembra la semilla del conflicto social; porque uno es conservador cuando tiene algo que conservar y uno tiene miedo cuando teme perder algo, pero cuando ya no tiene nada hace lo que sea por sacudirse el yugo, hasta huelga…, o peor, echarse al monte.
(Publicado el 18/11/2012 en el diario HOY)