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Beatriz Acosta

El tragaluz ibérico

Doce antojos de la gastronomía

Nunca se termina de aprender a leer.
Tal vez como nunca se termine de aprender
a vivir.
-Jorge Luis Borges

Tal vez nunca se termine de aprender. Aprender, con punto y final. Es placer lo que sugiere tal cuestión. Esa, que nos deshace en ilusiones, por verse inmensa y eterna. Porque aprender es infinito. De innumerables campos. Y esa inmortalidad nos lleva a la satisfacción por conocer la vida entera. Leonardo Da Vincci sugería una realidad para este suceso, que la naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que aprender. “En cualquier parte” es El Tragaluz.

Lápiz y papel para el siguiente aprendizaje: España a través del gusto. Ácido, amargo, dulce, salado o incluso sabroso. En toda su definición, es la percepción del paladar la que se sincera en doce estancias gastronómicas. Tras la  potente selección de una docena de sorpresas gastronómicas, llega la suma de otra, de igual potencia y esplendor. Los primeros renglones serán dueños de Santander, Palencia, Navarra, La Rioja y Huesca, defendiendo así un norte muy suculento. Siendo Madrid, Toledo y Comunidad Valenciana los siguientes aromas. Dando las últimas sensaciones Extremadura y Andalucía, y dos islas como Mallorca y Lanzarote.

Sin más demora, ¡qué aproveche!

Santander y su céntrica Plaza Cañadío. Perfectísima ubicación la del ‘Cañadio‘. Y no hay mejor descripción que la que ellos mismos hacen de su hogar: “una culinaria que gusta y valora todo quisqui, porque es intrínsecamente noble, profesional y placentera“. No hay más. También ofrece una barra repleta de pinchos bajo las atentas miradas de los allí presentes, siempre a rebosar. Una hamburguesa de bonito o pastel de queso trufado, de aúpa. Lo mejor de todo es que han llevado su proyecto de cocina excelente a Madrid, en Conde de Peñalver 86. Esto siempre son buenas noticias y buenas señas.

Destino Palencia. En la comarca de Tierra de Campos, encontramos un pueblo muy pequeñito, apenas 400 habitantes: Villoldo. Y en su Calle Mayor número 32, ‘Estrella del Bajo Carrión‘ se nos planta delante. Donde solo hay lugar para productos frescos de temportada (matanza en febrero, verduras en abril y mayo, y setas en noviembre). No se les escapa ni una. Una cocina muy delicada en un espacio con mucha luz, muy original y en el que disfrutarás de verdad de un ambiente agradable. Y si así lo deseas, podrás hospedarte con ellos pues tienen preciosas habitaciones con un descanso premium.

Tudela en Navarra, y su Calle Capuchinos 7, es nuestro sitio. ‘Treintaitrés‘ es quien nos recibe. De cocina tradicional autóctona de autor, ésa es su presentación. La huerta encima de la mesa, aunque suene bruto pero es lo que hay. Espárragos de la finca, menestra de las verduras reina de la temporada, pencas de acelga rellenas de ibérico, ajetes frescos, alcachofas en su crema… Experimentar con lo mejor que da la tierra. No hay mucho que comprobar, pues Tudela es la experta de esta cultura verde.

Más de una década dando guerra, de la buena. Marchando a La Rioja para conocer ‘El Portal del Echaurren‘. En Ezcarary, un pueblecito del suroeste riojano, con uno de los conjuntos de arquitectura popular más interesantes de la zona. Echaurren como grupo es lo más fuerte que hay: hotel, Restaurante Tradición, Restaurante Bistrot Comilón, E-tapas Gastrobar, incluso Echaurren para llevar a casa, sin faltar celebraciones de bodas y otros eventos. Son grandes. Lo hacen de lujo. Para probar su cocina, amplia gama podrás encontrar, como está visto. El Portal en la Calle Padre José García 19, es de un estilo actual y diseñado por y para la degustación de la cocina más vanguardista. Pero sin duda alguna, cualquiera de los citados te descolocarán, en el mejor sentido.

Huesca es la siguiente culpable. Culpable pero inocente, lugar que acoge a Ordesa y Monte Perdido. De un vistazo, es puro asombro por la riqueza de un ecosistema siempre cambiante. Es cumbre natural del Pirineo oscense y Reserva de la Biosfera del Programa MAB (UNESCO), destila su pasado geológico e historia en cada uno de sus escenarios. Entre elevados valles y cañones, el paisaje se compone a partes iguales de frondosa vegetación y espectaculares fotografías acuáticas. En la ciudad, podrás comer, y hacerlo bien, en ‘Lillas Pastia‘: especializado en cocina de autor con trufa, de local acogedor, muy fresco, anclado en la planta baja del edificio más significativo del Modernismo de Huesca, el Círculo Oscense.

La capital. Madrid, Madrid, Madrid…Como madrileña, imposible quedarme con uno. Y aunque contábamos con doce delicias, vamos a saltarnos los propósitos. ‘Filandón‘ es la estrella, es el campo en la ciudad. Y no podían hacerlo mejor, es una gastronomía única en un lugar único. Se te van los ojos por cada rincón de sus tremendas instalaciones, y es que a cada paso hay una decoración y un ambiente distinto. Espacios abiertos y cerrados. Se encuentran en el Monte de El Pardo: Ctra. de Fuencarral al Pardo Km 1.9. Habría que estudiar la carta para decidirse por algo, y ni por esas. Buenísimo. Aquí terminaría esta recomendación, pero… no podía darle paso a la siguiente ciudad, sin antes resaltar lo especial de ‘La Manduca de Azagra‘, en la Calle Sagasta 14, ¡Id!

Toledo, sin más dilación. Porque la cocina manchega no puede faltar. Illescas es nuestro escenario y su localización: Avda. Castilla La Mancha 81. Hablamos de ‘El Bohío‘, un restaurante familiar que se ha asentado en las bases de la cocina de nuestras madres y abuelas. Su estilo es vanguardista y ejemplos de ellos son su cuña helada de queso, praliné y aceita, o la versión propia del potaje de bacalao y espinacas. Además, tendrás tres rutas de menús: degustación, de temporada o del día. Chapó para el único bar de carretera que unía Madrid con Toledo.

Continuamos con esos aromas, y así llega la Comunidad Valenciana, que brinda con nosotros de una forma muy bonita, de la mano de Quique Dacosta. ‘El Poblet‘ en Dénia, es el alma y madre de todo un complejo de cocina maravillosa. Aunque podrás degustar su arte en plena ciudad valenciana, tanto en la calle Joaquín Costa 27 gracias a ‘Mercatbar‘ un espectacular local repleto de tapas a puro color; o en la Calle Correos 8, frente al Ayuntamiento, con ‘Vuelve Carolina‘ lo que hoy denominamos Gastrobar, con tapas con toque y a tope de gente. La boca agua por un Quique Dacosta que lo borda.

De extremo a extremo: Extremadura. Por conocidos sentimientos, me deshago ante ella. Hermosa, risueña y envolvente. Aquí caigo en la tentación de desvelar un restaurante de Badajoz. Marchivirito fue el protagonista en la anterior docena, pero ahora un vecino muy apetecible se suma a la cocina extremeña. ‘El Sigar‘, en Avenida Luis Movilla, 12. Cocina de diseño, muy elaborada, en un local muy fresco y acogedor. Platos como la pluma ibérica al caramelo o los ravioli de verdura  y langostino, te robarán el paladar. Además, tienen una barra para tapear con muy buenos precios. 100% recomendable. Yo no me lo pierdo cuando me dejo ver por allí. ¡Esas láminas de foie y ese Solomillo con salsa de oporto!

Con la boca agua, llega el punto y final peninsular, ese en el que ya rebosamos de alegría. Andalucía y su Málaga preciosa con ‘Lamoraga‘, en la Plaza de la Malagueta 4, en el Paseo Marítimo. Según entras, alucinas. Así de claro. Es un local para sorprender, con una imaginación pasmosa, con una luminosidad precios… Todo es poco. Además, podrás disfrutar de su cocina vanguardista en otras ubicaciones, pues ha ido expandiéndose a Puerto Banús en Marbella, al Aeropuerto de Málaga y con próximas aperturas. Tomad nota: Madrid, Valencia, e incluso el extranjero con Frankfurt o Budapest. Su expansión no es más que un reflejo de por qué está aquí presente entre favoritos.

Últimas dos sensaciones, isleñas. Primer vuelo directo a Lanzarote para conocer el ‘Restaurante Amura‘, en Puerto Calero. ¡Quien pudiera cumplir ese deseo! Se trata de un lugar precioso, teñido de blanco, rodeado de palmeras, con espacios exteriores e interiores. Fino y elegante, a un precio para ocasiones especiales. No falla, pues goza de un alto nivel en todos los sentidos. Se encuentra en un puerto muy tranquilo, que acompañado de su buen clima de todo el año, se convierte en un gran destino. Tal regalo supone ‘Stay Restaurant‘ en Mallorca. Concretamente nos roba el sentido el Puerto de Pollença, en Muelle Nuevo s/n. Degustar su cocina de mercado contemporánea, como sus tallarines frescos o langostinos al azafran, será todo un placer. A buenísimos precios, relacionados con su calidad. Fantástica situación, al lado del mar, acompañada de un excelente servicio, ambiente perfecto e inmejorable comida. Así es, no dudes en visitarlo.

España a cucharadas, con cuchillo y tenedor, o de postre.
Esto han sido doce antojos de la gastronomía.
Doce que se convierten ya en veinticuatro. Y suma y sigue: proximamente, otra tanda del 12.

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Sobre el autor

Madrileña y extremeña: un 'dos en uno' inseparable. Periodista y dirección hotelera. Con mil ojos en el mundo del turismo para dar a conocer lo mejor de aquí y de allá. Música para vivir con más intensidad. Sonrisa, siempre. Ganas e ilusión, también. Twitter:@beibaf


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