A mi siempre me había gustado hacer deporte. Como la mayoría de gente de mi generación jugaba al fútbol, algo de tenis, y en la última época, un deporte que entonces nacía en Badajoz: fútbol-sala, o”futbito” como decíamos nosotros.
Sin embargo a la vuelta de las vacaciones de verano de 1987, a la vista de unas cifras tensionales peligrosamente altas, y harto de que cada vez que me subía a la báscula me dijera “de uno en uno por favor” porque me sobraban más de 30 kilos, decidí que había que tomar cartas en el asunto: Así que dieta y correr.
Los principios fueron duros. Recuerdo que hacía 5 kilómetros, parándome dos veces, un día sí y otro no, y llegaba para darme algo. Con constancia aquello fue mejorando y poco a poco fui aumentando la distancia y el número de días que salía a correr, me animaba también que la báscula dejara de decir la fatídica frase ya que perdía peso semanalmente. Y cuando ya hacía 9 kilómetros sin problemas cinco días a la semana, me encuentro con un amigo, ex compañero de fútbol-sala y me invitó a que fuera el domingo con él a correr 12 kilómetros. Con más miedo que vergüenza me presenté allí y la verdad que los hice con relativa facilidad.
Progresivamente fui aumentando los kilómetros dominicales y cuando ya iba por los 17, mi amigo me planteó hacer una Media Maratón y yo acepté. Con tan mala suerte que él una semana antes se lesiona y me deja solo ante el peligro. Así que el domingo 18-12-1988, cojo mi Alfa Romeo 75, y me planto en Sevilla para hacer la Media que terminaba en Los Palacios. Me teníais que haber visto la pinta que llevaba: pantalón y camiseta de cuando jugaba al fútbol y unas alpargatas, porque aquello no eran zapatillas, marca ” La Tórtola”. Pegan el pistoletazo de salida y a correr, van pasando los kilómetros y cuando llego a la meta: me dan una medalla, una camiseta y soy el tío más feliz del mundo.
Así fue mi debut y el principio de lo que iba a venir después. Imagino que vosotros también recordareis “la primera vez”. Y encima hice 1-32-36 que, aunque entonces yo no sabía lo que significaba, con el tiempo me dí cuenta que era un tiempazo y más para un debutante.
Igual en próximas entregas os hablo de las sensaciones que sentí al terminar las Medias 100 y 200.