PODRÍA haber acudido a tiempo a la cita previa de mamografía. Podría haber sentido bajo mis pies el abismo sin fondo de un diagnóstico positivo. Podría haber tenido que soportar los atroces vapuleos de la quimio y la angustia ahogante del quirófano. Podría respirar al fin cuando el oncólogo me comunicara que había tenido suerte y que ya estaba limpia, inmaculada. Podría haber afrontado la reconstrucción mamaria como un amanecer rosa que me devolviera a la normalidad. Podría haber sufrido todo ese largo calvario si no hubiera tenido la suerte egoísta de ser un hombre. Salve a ti, inmaculada heroína.