LLEVA YA MUCHOS AÑOS retirado y de pronto su hija le consigue un concierto diario como solista en el mejor espacio al aire libre de la ciudad. Él no acaba de entender en qué momento la suerte decidió dar un giro y ponérsele de cara. Lo cierto es que cuando era joven tocaba la armónica en un grupo de rock, pero nunca logró ir más allá. Ahora llena todos los días el enorme aforo y pone en pie a un público que sin cesar le aplaude y le vitorea. Tanto, que su hija ha de retirarlo con delicadeza del escenario mientras le murmura: «¿Has visto, papá, como te adoran?», y se dice que cuando venga el buen tiempo abrirá las ventanas, para que pueda oír mejor los aplausos que todos le rinden cada tarde a las ocho desde los balcones.