OS ENCANTA JUGAR A SER DIOSES, dividir el tiempo en trozos como quien corta el vacío, abrir y cerrar puertas imaginarias que dejen atrás el infortunio y den paso a la buena suerte, creer que es posible cambiar la vida a golpe de campana. Pretendéis gobernar el destino, y el destino juega al tarot como se le antoja. Esta vez ha sacado las cartas de la muerte, la herida, la soledad y la cárcel. Pero también ha jugado a desnudaros de simplezas, a desenmascarar falsas amistades, a separar parejas anquilosadas, a poneros los pies en la tierra, a obligaros a abrazar la esencia y la autenticidad, a descubrir que no sois quienes creíais ser. Y todo, con un sencillo y dramático giro de guion. Vosotros, gigantes poderosos, seréis más humildes cuando os levantéis del revolcón que os ha dado alguien tan insignificante como yo, un simple virus. O no merecéis otra oportunidad.