AUNQUE NO LO SABES. Es más, estás convencido de que eres un tío listo porque ojeas un periódico afín y escuchas esa emisora de radio que te da la razón y expresa tus ideas como ni tú mismo sabrías hacerlo. Sin dudas, sin fisuras, sin relativismo campoamorino. Eres tonto gracias a la posverdad, que se ha inventado para enajenar tu raciocinio, igual que la vieja propaganda, pero con la refinada habilidad de hacerte creer que esas ideas tan elaboradas salen de ti. Porque, como dice el fascista ruso e ideólogo de la guerra contra Ucrania Dugin, «La verdad es una cuestión de creencia, los hechos no existen». De esa misma fábrica de posmentira salen el lenguaje sofisticado que usas para parecer más «cool» y la censura contra el pezón femenino de las redes sociales. Incluso el programa de inteligencia artificial que ha escrito automáticamente este texto, so tonto, que eres muy tonto.