TODA LA VIDA AHORRANDO como si fueras a vivir siempre y cuando vislumbras que nanay, ya es demasiado tarde: te ves rodeada de buitres zalameros que disimulan lo justo y no se apartan de ti ni un minuto, por si tienen que abalanzarse sobre tu cadáver aún caliente y arrebatarte los setenta mil euros que has atesorado durante décadas y que te negaste a depositar en un banco porque no te da la gana de que se enriquezcan gastando tu dinero como les salga del consejo de administración. Así que aquí estoy, sin más futuro que la noche eterna y rodeada de vampiros. Lo que no saben es que he decidido combatir las tinieblas que me acechan con las llamas que todo lo iluminan. Voy a pegarle fuego a mi soledad, a mi cuerpo serrano, a la codicia de mis deudos y a mis setenta mil pavos. Ya los estoy viendo, más guiñapos y más desheredados que los muñecos de Mari Carmen. Y con cara de tontos.