YO CONTROLABA LAS REDES las redes sociales, desde Facebook hasta Twitch. Era el rey de la Generación Z, el Rafa Nadal de los selfis. No sabría calcular los que me he hecho en mi vida, pero seguro que más que partidos ha jugado él. Me he retratado con todos los fondos, en todas las posiciones, haciendo muecas como un conejo desquiciado, teñido de rojo Caperucita, de amarillo Pollito, de verde Hulk y de blanco Iniesta. Todo iba bien hasta que uno de mis millones de seguidores me hizo una foto a traición en un aeropuerto. Era la única foto para la que no había posado en mi vida, a pelo, sin filtros, y cometí el error de querer ver cómo había salido. Se me heló el corazón según me la enseñaba. Le dije al follower que el tío de la foto no era yo y me miró con cara de Pero qué me estás contando. He dejado de hacerme selfis hasta que recupere mi verdadera identidad. Si es que aún tengo.