LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL ES UNA BOMBA de lenta pero aniquiladora eficacia. Viene a automatizar muchos trabajos que arrebatará a los seres humanos, a los que despedirá en función de decisiones tomadas con sesgos discriminatorios, con la misma parcialidad con que adjudicará créditos bancarios e impartirá justicia. Los datos personales que tan avariciosamente recopila acabarán siendo usados de manera poco o nada ética, sin ninguna protección contra el acceso no autorizado y los ataques cibernéticos. A medida que avance, irá tomando decisiones autónomas al margen de la adecuada supervisión humana y creará y difundirá información falsa o manipulada a una escala sin precedentes. No obstante, aún queda hueco para la esperanza: todos estos pésimos augurios los ha respondido ella misma al preguntarle por los peligros de la inteligencia artificial. Digo yo que tan inteligente no será.