QUÉ QUIERES QUE TE DIGA, compañero, hay que ganarse la vida, y si para ganársela bien hay que engañarla, se la engaña y punto. Por ejemplo, cuando no haya género fresco que vender, lo enlatamos. Anchoas, sardinas… en fin, pescaíto en conserva con mucha higiene y mucho arte. No es culpa de nadie que la gente quiera ver crímenes de verdad, más sangre se vierte en las almadrabas. Dársela, vendérsela quiero decir, es calmar las ansias de un pueblo sediento de información. ¿La pescadilla?, se le compra la pena con parte de las ganancias: no hay llanto que el dinero no pueda enjugar. Claro que saldrá alguien diciendo que la codicia no se detiene ni siquiera ante el desgarro de una madre a la que le han asesinado a su niño, y que para más burla reparte beneficios con la asesina. Siempre ha habido hipócritas que se embadurnan de falsos escrúpulos. ¿La redención?, en la cuenta corriente.