EN POCAS PALABRAS: Zeus, el dios más tirano y rijoso de todas las mitologías, raptó a Europa y la violó. En compensación por las molestias, le regaló a Talos, una especie de robot fogoso encargado de vigilar las fronteras para que no entrara ningún extranjero y que achicharraba a los que lo intentaban con un abrazo especialmente cálido. Es de suponer que lo aprendió de la propia Europa, quien cambió tan calurosa acogida por unas gélidas y afiladas concertinas, ¡dónde va a parar! El objetivo es el mismo, no dejar entrar a los desheredados, aunque vayan de paso o vengan a pasear a nuestros viejos. Con la sutil diferencia de que Europa rechaza a los hijos de aquellos otros pueblos a los que previamente ha expoliado en su insaciable codicia. Hoy se vota en la tierra donde se pone el sol y, salvo que el oráculo de Delfos patine, Zeus se crecerá aún más y se multiplicarán los Talos.