VAYA MAÑANITA que llevamos mi madre y yo. Ella, la pobre, empujando mi silla todoterreno de acá para allá mientras yo me enredo en gestiones que no sabía ni que existieran: por ejemplo, sacarme el carné. Me lo han entregado en Comisaría después de presentar una partida literal de nacimiento (que se puede solicitar desde el móvil, pero como los Reyes no quisieron traérmelo este año…); un volante de empadronamiento expedido por el Ayuntamiento (tras hora y media de cola), una foto de carnet reciente sobre fondo blanco y sin chupe (en Revéla-T Fotógrafos) y 12 euros. Con mi DNI nos hemos ido a un banco y hemos abierto una cuenta corriente a mi nombre por la que me han regalado una bolsa de pañales antifugas. Aunque para mear fuera del pañal, lo de la Junta de Extremadura, que nos obliga a los bebés de dos años a tener NIF y cuenta corriente si queremos cobrar el cheque-guardería.