AUNQUE EL OBJETO DE SU ESPECIALIDAD se presta a chanzas y desvergüenzas, don Higinio el proctólogo es un hombre muy serio. Pero no puede evitar sonreír cada vez que recuerda al paciente que ingresó con un traumatismo craneoencefálico leve y una contusión perianal severa. Su explicación fue que, de pie, con las piernas entreabiertas y de espaldas al ropero, se agachó para mirarse en el espejo a través del arco de las piernas, perdió el equilibrio y se estrelló contra el suelo dando una vuelta de campana y clavándose un pico de la cama en el centro de sus miserias. Cuando don Higinio quiso saber el porqué de tan extraña maniobra, el paciente confesó que había oído decir a Rappel: «La mejor manera de averiguar si vas a tener una vida larga o corta es medirte la distancia que va de la rabadilla al culo». El galeno suspiró: «¿Y no ha oído decir que hay supersticiones que matan?».