ALGUIEN TE DA UN BESO lento y blando en la frente y de golpe duermes. Y sueñas. Sueñas como has soñado desde que tienes recuerdos de tu ambición más infantil. Entonces, con ser un superhéroe. De adolescente, con lograr la armonía, restablecer el equilibrio perdido y actuar contra quien violenta la ley que el pueblo soberano ha escrito. De joven, con recorrer el camino de años de estudio que tal vez te guiara hasta lo más alto de tus sueños. Ahora, tras un beso de piedra en la nuca, sueñas con la paz mientras te desangras sobre una cama de asfalto, rodeado de miseria, en pleno corazón de Barcelona.