Al menos nosotros, porque la Policía está festejando aún el éxito de su operativo: dicen que se han cobrado una buena pieza, un tipo que maltrataba a su compañera, un cabrón con pintas. Ellos sabrán. Servidor y su colega, simples mascotas, carecemos de conocimiento para discernir el bien del mal, y como tampoco sabemos mentir, solo nos queda reconocer que a nosotros el maltratador siempre nos ha tratado a cuerpo de rey. Ahora su señoría lo ha mandado a la cárcel por si las moscas fugitivas y a nosotros nos han abandonado aquí. Y digo yo (el gato va más a su rollo): ¿quién va a cuidar ahora de estos dos humildes presos a quienes la ley ha dejado sin dueño ni futuro? A ver si va a resultar que la Ley de Bienestar Animal es en realidad para el bienestar humano en su trato con ciertos animales elegidos, mientras abandonan a unos y mal crían y mal matan a otros para merendárselos.