Saludos a todos y sean bienvenidos a este modesto blog y ante todo sean bienvenidos al Badajoz del fin de verano y la vuelta a la “normalidad”.
Uno rápidamente puede pensar que “normalidad” es sinónimo de “bueno” pero no es así ni de lejos, normalidad es el nombre que se le pone a lo que casi todos hacen y a muchos les viene estupendamente de una forma o de otra. Así (y por desgracia) hemos terminado haciendo que en Badajoz sea normal abusar de cosas que nos lo hacen todo más cómodo en apariencia a cambio de un gasto pequeño, también en apariencia claro.
Hay que reconocerlo y ese es el paso más importante para toda rehabilitación: Somos tontos y adictos a lo complicado. Todos nos quejamos del tráfico y resulta que todos somos parte del tráfico, nos quejamos del precio de la gasolina y seguimos gastando la misma, nos quejamos del ruido, los precios, la salud y la suciedad como si no dependieran de nosotros mismos. Pero este año vamos a empezar a ponernos las pilas y vamos a pasar de malos humos de un tráfico molesto y estresante, este año va a ser el año en que los pacenses nos reformemos por dentro para que se note fuera y entre todos disfrutar de la ciudad que realmente nos merecemos.
Antes de ponernos manos a la obra es necesario que recordemos algún concepto que la mala costumbre y el consumismo empedernido que sufríamos no nos dejaba ver claro:
Poco a poco iremos conociendo mejor cómo explotar todos los recursos que tenemos a nuestro alcance y sacarles provecho. Ha llegado el momento de un cambio con gestos sencillísimos, tan pequeños como romper ese diccionario que nos habían formado y abrir la mente a conceptos sostenibles, respetuosos, sanos, y por supuesto económicos.
Es momento de hacer entre todos una ciudad amable.