“Invertir en educación es invertir también en ciencia y tecnología”. “La educación es el motor de las empresas”. “El dinero que gana la empresa revierte en la formación de los alumnos universitarios que luego contrata”… Son frases de varios de los ponentes q ue han participado en el Foro de Innovación y Crecimiento Israel-Extremadura que se ha celebrado hoy en el Centro de cirugía de mínima invasión de Cáceres. Son las que más me llamaron la atención tras varias horas de conferencias y entrevistas a las personas que pusieron su grano de arena en la transformación de Israel, un país de 65 años de vida, 8 millones de habitantes y pocos recursos naturales, que ha llegado a posicionarse como uno de los líderes mundiales en I+D+I.
Israel supo que en una buena educación de su pueblo estaba la clave. Nava Swersky-Sofer, una de las ponentes, dirigía la empresa “Yissum” cuando se gestó la transformación de este país. Yissum surgió en la Universidad Hebrea de Jerusalem. “Creamos una empresa dirigida por empresarios cuyos empleados eran los propios alumnos”, ha explicado. Es una empresa que, basada en la investigación de múltiples áreas como la agricultura, la medicina, la ciencia, el medio ambiente… ha conseguido 7.000 patentes, ha generado más de 70 empresas y factura al año 2 billones de dólares. Se dedica a investigar cómo mejorar alimentos, trabaja la genética para hacer más eficientes los producciones agrícolas y hasta desarrolla vacunas para animales domésticos. “Interactuamos entre la universidad y la industria”, “y el dinero revierte en la universidad para formar más trabajadores”, ha señalado.
Pero esto no se hace de la noche a la mañana. Swersky-Sofer (en la foto)basa todo en varios pilares: Educación, talento, infraestructura y una cultura de la innovación; es decir, que se apueste por la innovación y se gaste dinero en la innovación. El mensaje para Extremadura es que no debemos copiar a Israel porque “Extremadura no es Israel, pero sí aprender la lección de poner el acento en conocer nuestras fortalezas”.
Tuve también la oportunidad de hablar con Mordechai Sheves, Vicepresidente del prestigioso Instituto Weitzman, una universidad basada exclusívamente en la ciencia. Para él la clave sigue siendo la educación. Cree que la crisis por la que pasa España es una oportunidad porque cuando tienes una necesidad desesperada de intentar cambiar las cosas, eso produce “las mejores innovaciones”. Un argumento que se parece al dicho aquel de “la necesidad es virtud”.
Al mismo tiempo asegura que de momento, España no tiene una buena situación para la innovación, pero que la unión de fuerzas entre los gobiernos y las universidades es un buen punto de inicio hacia el crecimiento en innovación.
Ha sido un foro que, al margen del “envoltorio”, que algunos pueden criticar, sí es cierto que ha dejado un buen sabor de boca en los participantes en el foro. Ellos tienen una imperiosa necesidad de sacar sus empresas adelante. La mayoría son jóvenes, que han salido con un chute de optimismo. ¿Que se les puede pasar mañana esa euforia?. Posiblemente. Pero no caerá en saco roto.
Y luego están las anécdotas. Como el ministro de Industria jugando una partida a un futbolín hecho en Extremadura con un software incorporado. El ex presidente Ibarra también se acercó más tarde a ver cómo funcionaba. No asistió nadie del PSOE ni de Izquierda Unida.