Hace justo un año que se inició la catástrofe. Exactamente el 6 de agosto de 2015. Ocho mil hectáreas de pinos y matorral ardieron durante días y tres pueblos fueron desalojados en la comarca cacereña de Sierra de Gata. Un año después es hora de testar si el turismo le ha dado la espalda a esta maravillosa zona o por el contrario le sigue siendo fiel. Por los datos que maneja la Federación Extremeña de Turismo Rural (FEXTUR) y por lo que me han contado algunos empresarios turísticos, se puede concluir que la campaña turística está siendo buena; calcada a la del año pasado. Por supuesto que para los alojamientos de la zona más afectada por el incendio este verano será mejor que el pasado, ya que entonces tuvieron que cancelar todas las reservas del mes de agosto. Julio ha acabado con una ocupación que ha rozado el 40% y se espera una ocupación del 60% en agosto. Es el avance que me ha facilitado Victoria Bazaga, presidenta de FEXTUR. Ella asegura que son unas buenas cifras.
En el cámping de Sierra de Gata, de primera categoría, se supera el 90% de ocupación estos días. El día que estuve allí sólo quedaba libre una parcela, me aseguró su director, Clemente Jiménez. Él lleva cuatro años al frente del negocio y asegura que nunca habían estado casi al completo durante tantas semanas seguidas.
Rosa Loro es la dueña del complejo rural “El Pilar” de Acebo. En este pueblo comenzó el incendio. Es curioso como no se advierte ninguna zona quemada desde ninguna de las coquetas cabañas de dicho complejo. Todo es verde. Rosa reconoce que aún llaman clientes que preguntan si todo está quemado antes de reservar .
La sierra donde hace un año había pinos, ahora está pelada de árboles. Sin embargo, la vegetación de monte bajo surgida durante la primavera deja un provisional color verde claro que espero coja cada vez más fuerza cuando se repueble la zona con árboles autóctonos como el roble y el alcornoque.