Se le podía haber ocurrido a cualquiera pero se les ha ocurrido a ellos. Ikea lanza una cámara de fotografía de cartón que debes montar tú mismo. La idea parece descabellada a primera vista, pero la gracia puede estar en el detalle que la multinacional sueca oculta hasta ahora, el precio. Esta cámara puesta a un par de euros en un dispensador automático a la entrada de la tienda puede tener su sentido si, como dicen sus característica, tiene capacidad para 40 fotografías a 2,3 megapíxeles y va alimentada con un par de pilas como las que lleva cualquier mando a distancia de una televisión. Ellos te venden la cámara y tú te vas para casa con cuarenta fotos de cuarenta muebles que, en un futuro, pueden ser objeto de un nuevo viaje al laberinto desmontable.