La pregunta es directa: ¿le has explicado a tu hijo en qué consiste el abuso sexual? ¿le has enseñado qué es lo qué tiene que hacer en caso de que le sucediera?
Los padres son capaces, desde que sus criaturas son bien pequeñas, de localizar en el hogar o en la calle cualquier situación de potencial peligro en la que puedan verse envueltas sus pequeños y, rápidamente ponen medios para minimizar esos peligros: tapamos enchufes, colocamos vallas ante las escaleras para que no se caigan, topes en las puertas para que no se pillen los dedos, les enseñamos a cruzar un semáforo, les insistimos en que no hablen con extraños, etc.) y, sin embargo, en el tema de los abusos sexuales actuamos mirando hacia otro sitio, o peor aún, cerrando los ojos como si eso solo pasara en ambientes familiares marginales o desestructurados que no tienen nada que ver con el nuestro.
Pero abre los ojos. No tengas miedo, pero abre los ojos. ¿Vas a dejar a tu hijo indefenso ante esta situación? ¿no crees que sea importante que sepan qué ocurre y sobre todo cómo deben de actuar?
La Comisión Europea ha lanzado recientemente una campaña, denominada, “UNO de cada CINCO”, que se dirige a la prevención de la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes. Dentro de esta campaña aparece la “la Regla de Kiko” en la que se dan orientaciones muy claras a los padres respecto a como tratar con los menores el tema de los abusos sexuales. Os invito a que leáis estas orientaciones, utilicéis los materiales y difundáis esta información entre familiares, vecinos, amigos, padres de otros niños, etc.
Los padres, en el campo de la prevención del abuso sexual, tenemos que tener muy claro:
1.- En los abusos sexuales, en la mayoría, el enemigo está cerca. Esto es desgraciadamente una realidad. Así que, cuanto antes enseñes a tus hijos estrategias sobre qué es el abuso y cómo responder, cuanto más claro hablemos, cuantas más personas de nuestro círculo sepan que nuestros hijos están “alertados” y educados en el tema de los abusos, más fácil será protegerlos de esta lacra.
2.- Los niños si no tienen información ¡¡¡no pueden saber qué les está pasando!!! Y ante lo que no se sabe o bien, no saben cómo responder, o bien pueden dar respuestas equivocadas.
3.- Se debe comenzar a educar en prevención de abusos sexuales a partir de los tres años y dar posteriormente “dosis de recuerdo” sin exagerar, pero de forma natural surgirán ocasiones en las que recordar “la regla de Kiko”.
4.- ¿Cómo hablar? De forma natural, sin miedo, sin sentir vergüenza, sin ansiedad, llamando a las cosas por su nombre y sin dar rodeos.
5.- Qué decirles: Un mensaje claro: Los niños tienen que saber que hay zonas de su cuerpo que son sólo suyas, y no debe de permitir que nadie se las toque, bese o acaricie. Y dicho esto, a veces surgen conversaciones con padres en las que comentan que en algunas ocasiones realizan determinados tocamientos “sin mala intención”, a lo que yo les suelo contestar con esta pregunta, ¿si no fuera tu hijo harías eso? Os recuerdo que nuestros hijos lo que ven es nuestro comportamiento, no nuestras intenciones. Es como si les enseñamos cómo funcionan los semáforos pero, cuando van con nosotros, nos lo saltamos.
6.- Ofrecerles una manera de actuar: Una vez que les queda claro que no deben permitir que nadie les toque, tenemos que enseñar un modo de actuar. “Hijo si alguien te toca, o te pide que le toques, o te da besos y te dice que es un juego, un secreto que no puede enterarse nadie. Le dices “NO”, y me lo cuentas po que yo sabré ayudarte”.
Dile que hay algunas personas que dicen que eso es un juego, pero aclárale que no es un juego, dile que le pueden decir que eso es un juego secreto, y pon ejemplos de secretos apropiados (vamos a regalarle a mamá algo por su cumpleaños) y secretos inapropiados (que te toquen, besen etc. en los genitales).
7.- Ampliar la red de protección: Informarle también de otras personas a las que se lo puede decir (a su maestra, a algún familiar o amigo cercano). Hay que ampliar la red de protección porque en los casos en que el abuso se da en el ambiente familiar, nuestros hijos pueden temer contarlo. Sin embargo, les puede resultar más fácil contárselo a alguien fuera del circulo familiar.
8.- Abrir los ojos, no tener miedo, enseñar modos de actuar y difundir esta información porque cuanto más gente de tu alrededor sepa que tus hijos conocen la “Regla de Kiko” más protegidos estarán. Esta es la tarea que nos ocupa a los padres proteger a los hijos mediante la educación.
Comparte esta información con tus familiares, amigos, vecinos, padres del colegio. RECUERDA que, cuanta más gente cercana sepa que tu hijo conoce la “Regla de KiKo”, más protegido estará.
La “Regla de KiKO”: http://www.fapmi.es/imagenes/subsecciones1/Kiko_02_b_Guia%20para%20Padres%20y%20Educadores_A4.pdf
Un cuento para explicar la Regla de KiKO : http://www.fapmi.es/imagenes/subsecciones1/1de5_Cuento_web.pdf