El primer amor de nuestros hijos es una buena oportunidad para enseñarles cómo debe ser una relación basada en el respeto y la libertad.
El otro día me escribía un correo la madre de Lucía, una chica que cursa segundo de Educación Secundaria, y me dice “Lucia ha sido siempre una chica muy abierta, simpática, alegre, buena estudiante. Pero desde hace un par de meses comenzó a mostrarse triste, introvertida, callada, muy irritable y lo peor, ha suspendido cinco asignaturas en la última evaluación. Es obvio que algo le pasa, yo intento hablar con ella y se cierra en banda y me dice que la deje que no me meta en su vida. En vista de lo rara que estaba llamé a una de sus amigas para que me contara si se había enfadado con ellas y me dejó de piedra cuando me soltó, es que la ha dejado su novio, cómo quieres que esté. Mi primera reacción fue la de ir a hablar con ella y decirle que eso son tonterías, que no tiene edad y que lo que tiene que hacer es centrarse en los estudios, pero la verdad es que la veo tan triste que no sé cuál será la mejor manera de ayudarla”.
Pues sí, esto que le ocurre a Lucia es algo que les suele ocurrir a muchos adolescentes y es que, si no fuera suficiente con comportarse como adolescentes, algunos van y se enamoran, y se desenamoran y vuelven a enamorarse y sufren y se sienten inmensos y luego insignificantes… como si fueran en una montaña rusa. Y cuando los niños se enamoran, ¿qué podemos hacer los padres?
- El enamoramiento de un adolescente es para ellos un hecho muy importante y muy significativo en su vida (¿a que recuerdas aún el nombre de tu primer amor?). Algunos padres se asustan cuando sus hijos adolescentes se enamoran y fruto de ese miedo tienden a minusvalorar los sentimientos de los hijos diciéndoles “eso es una tontería”, “qué vas tú a saber lo que es estar enamorado”.
- Hazle ver que eso que siente es estupendo, que es algo hermoso que nos ocurre, aprovecha para hacerle ver que también es normal sentir dudas o temor por si la otra persona nos acepta o no. Y ya puestos, no estaría mal que le contaras cómo os sentisteis vosotros cuando os enamorasteis por primera vez.
- Enamorarse por primera vez es una buena oportunidad de enseñar y aprender lo bien que conjuga el amor con el respeto. Sin respeto, no hay amor. Enseñarles también que querer es un acto de libertad y la libertad no se impone, se ejerce. Enseñarles que para demostrar amor no hay que hacer nada que uno no quiera hacer.
- Aprovecha esta situación también para hablarle lo que crees que es un comportamiento adecuado, y lo que crees que es inadecuado en su incipiente relación. Y háblale claro, no recurras a parábolas como la de “hija, ten cuidado no te vayan a echar algo en la coca-cola” cuando tu preocupación realmente es otra. La educación afectivo-sexual de los hijos requiere que los padres les hablemos claro respecto a lo que ocurre o puede ocurrir cuando uno cree que está enamorado. No se trata de negar lo que nuestros hijos sienten, sino orientarlos respecto a la necesidad de responsabilizarse de sus decisiones, de sus acciones.
- Los padres tenemos el deber de controlar y supervisar a nuestros hijos y los límites deben girar alrededor de los valores de cada familia. Son los valores que tú quieres inculcar a los hijos, y no el miedo lo que nos ayuda a marcar los límites respecto a lo que consideramos adecuado o no.
- A los padres por lo general nos parece que nuestros adolescentes son demasiado jóvenes para enamorarse, pero no se lo digas porque pueden sentir que los consideras incapaces, no apoyados, y puede que entonces no te quieran seguir contando nada. Lo mejor es que le digas que es muy joven para salir en pareja, que es mejor que salgan con su pandilla, etc.
- Conoce al “amorcito” de tu adolescente para que tengas información sobre cómo es y si no te gusta intenta no decirle “no me gusta nada”. Tampoco tienes que mentirle pero nada de ponerle motes y hacer mofas a costa del peinado, la vestimenta etc. Nuestros hijos tienen capacidad para darse cuenta de cómo son las personas con las que se relacionan y a veces hay que equivocarse para aprender.
- Los amores, en todas las edades, pueden ser dolorosos. Ver sufrir a nuestros hijos por “culpa de un papanatas” a veces es duro, y no lo podemos evitar. Cuando los hijos sufren sólo necesitan nuestro apoyo.
¿Tu hijo adolescente se ha enamorado? Pues eso lo que significa es que tu niño o niña ya va dejándolo de ser. Sin miedo.
Otro artículo mio sobre este tema: Adolescentes enamorados, madres y padres preocupados.