El camino de la educación de nuestros hijos está sazonado, entre otras cosas, con diferentes “leyendas urbanas”, creencias, mitos, que nos acompañan cotidianamente dando valor y credibilidad a lo que son simples costumbres carentes de base científica que los avalen.
Me voy a referir a una de estas falsas creencias, que tiene que ver con la escolarización de hermanos gemelos, mellizos, trillizos, y es la de que es bueno separar a los gemelos cuando se escolarizan porque es lo más adecuado tanto para su aprendizaje como para su desarrollo personal.
Quiero partir de la base de que muchos hermanos mellizos o gemelos han sido separados en diferentes clases, sin ninguna razón que lo justifique, y esta separación en la escuela no ha tenido a posteriori ningún perjuicio pero tampoco ningún beneficio.
Es por esto que, a falta de evidencia científica o mayor conocimiento, separar como norma a los gemelos, cuando se escolarizan, carece del más absoluto rigor y priva a estos gemelos, en pro de una no se sabe qué mejoría, del bienestar que les produce, por lo general, estar juntos.
Por esta razón deberían de ser los padres los que determinaran cómo quieren que se escolaricen sus hijos, si en la misma clase o en clases diferentes y la historia escolar y de aprendizaje de sus hijos les irá aportando información suficiente y necesaria para realizar otro tipo de planteamientos.
Me gustaría señalar la poca consistencia de los argumentos que se utilizan para separar de clase a los “múltiples” que es un palabro muy feo para referirnos a los hijos gemelos, mellizos, trillizos, etc.
Uno de los argumentos más utilizado es el de “para que puedan desarrollar su personalidad sin el influjo del hermano”. Vamos a ver, todos nosotros desarrollamos nuestra personalidad, además de por la importante influencia de factores genéticos, por nuestras experiencias individuales y colectivas, con los demás. Esos demás que nos influyen son los padres, los hermanos, los maestros, los compañeros de clase, los otros… ¿Por qué un hermano gemelo iba a ser “peor” influencia que, por ejemplo, la de un compañero que sólo se dedica a “chinchar” (que mal haces la ficha, no sabes dibujar, que fea es tu camiseta, que feo es tu pelo, etc., .)?
Otro argumento es el de que la separación de los hermanos ayuda a su “desarrollo de la identidad”. Argumento erróneo porque los gemelos saben perfectamente quiénes son y cómo se llaman. Los que tenemos más dificultades para saberlo somos los que estamos a su alrededor. ¿No será que los separamos para que los adultos y compañeros sepamos con cuál de los hermanos estamos hablando? En caso de duda pregúntaselo al niño, que ya he dicho que ellos lo saben perfectamente. Los gemelos y mellizos desarrollan sus mecanismos de identidad como el resto de los mortales así que porqué vamos a pensar que un hermano gemelo va a ser un obstáculo para el desarrollo de la identidad de su otro hermano y no aplicamos ese mismo criterio respecto de los padres, los profesores, los amigos de esos gemelos, la televisión, la sociedad, etc.
Otro argumento que se escucha es el de ” para que así puedan ampliar su vida social”, podría parecer que los hermanos gemelos tienen más cubierta esa necesidad, ya que desde pequeños se tienen el uno al otro y por esa razón, en el inicio de su escolarización, pudiera ser que no se sientan muy atraídos por hacer nuevas amistades, pero eso no quiere decir que, por estar juntos, no vayan a poder realizar estas actividades sociales con la misma destreza que sus compañeros. Son los contextos familiares y escolares los que tienen que propiciar situaciones de interacción social entre los niños porque esa es la manera de ampliar la vida social y relacional.
A falta de argumentos a favor de la separación nos encontramos con argumentos, que por el contrario, señalan la importante vinculación emocional que algunos gemelos, y otros hermanos aunque no sean gemelos ni mellizos, desarrollan. La seguridad emocional nunca puede ser un impedimento para el aprendizaje sino todo lo contrario un eficaz propulsor de estos.
La escolarización de los gemelos en aulas diferentes no cuenta con ningún respaldo en las leyes que regulan la escolarización ya que no hay ninguna recomendación basada en evidencia científica que la sostenga. Así que vamos a dejar que los padres sean los que decidan si quieren que sus hijos estén juntos o separados al inicio de la escolarización que tiempo habrá para poder determinar, si es que hubiera dificultades de aprendizaje, cual es el origen de éstas dificultades y cuáles son las medidas más oportunas para intervenir.