Mi amiga Paqui me llamó la semana pasada, en un estado de consternación evidente, para preguntarme si me había enterado de lo de Mari Kondo, una “influencer “a la que muchas madres y padres, amantes del orden, la veneran como si fuera la virgen del recogimiento.
Visiblemente enfadada me dice, ¿Pues no que dice ahora que teniendo tres hijos adolescentes lo de tener la casa recogida es más que imposible?, ¡que decepción! Ayer al llegar a casa me volví a encontrar un calzoncillo por medio del pasillo y cuando pregunté al propietario de la prenda, ¿sabes qué me contestó? Que el calzoncillo debía de estar “maricondeando”. Dime, qué hago porque me tienen de los nervios.
Los padres/madres que se encuentran bragas/calzoncillos por los pasillos los podemos clasificar en varios grupos:
Indignados: la simple visión de la prenda interior por los suelos les ingurgita la yugular y los lleva a un estado de vociferación, emisión de improperios y malestar generalizado, dudas sobre si en la frente está escrita la palabra esclava o esclavo y otros pensamientos generalmente de cuestionamiento sobre su propia capacidad educativa. Generalmente terminan recogiéndolos ellos mismos después de haberse estado azuzando durante unas horas, incluso días.
Agachadores: Realmente estas madres y padres son una variante de los indignados, solo que no dan voces, se agachan y recogen los calzoncillos-bragas mientras rumian los mismos pensamientos indignados: estos se creen que soy su esclavo, que hartita estoy el día menos pensado cojo la puerta… etc, que además de hacerles sentir fatal van acompañados con una notable carga en la ciática.
Los ciegos. Estos actúan como si calzoncillos y bragas fueran invisibles, así creen que controlan su estado de ánimo. El problema está en que sí los ven con lo cual les termina creando un malestar interno importante. Estos padres tienen un sexto sentido: a veces ven calzoncillos y bragas tirados por ahí. Tras una semana de ceguera estos padres o bien se vuelven agachadores, indignados, o las dos cosas.
Las sistemáticas o sistemáticos son el grupo con mayores posibilidades de éxito, estas madres y padres suelen ser denominados por parte de sus hijos como pesadas y pesados. Padre y madre sistemática, ante la presencia del calzoncillo o braga en diferentes espacios del hogar, generalmente suelos de pasillo, alguna silla, incluso colgando de la esquina de un mueble, se dirige al propietario o propietaria de la prenda y le solicita, así sin darse importancia, que lleve la prenda a la cesta de la ropa sucia. Y desde ese instante cada vez que su hijo o hija intenta interactuar con su padre o madre, estos le dicen, pero ¿ya has recogido la prenda y la has llevado a la cesta de la ropa sucia?, así una y otra vez. Si el propietario del calzoncillo o braga es resistente al recogimiento, este padre o madre, desplazan la prenda sucia con ligeros toques con su pie derecho o izquierdo, hasta acercarlo a la puerta de la habitación del hijo o hija y, abriendo la puerta, lanzan una certera patada que introduce la prenda en el dormitorio del propietario. Cerrando la puerta con inmediatez. Y siguen, cada vez que su hijo o hija intenta interaccionar con ellos, con la misma clave verbal: ¿Recogiste la prenda en la cesta dela ropa sucia?
El orden es complicado mantenerlo en una casa en la que se educa, enseñar a ordenar es muy diferente a estar ordenado y padres y madres tenemos la tarea de enseñar.
Ya tendrás tiempo de tener tu casa como una patena, todo recogido, todo en su sitio y quizás en ese instante en el que tú disfrutas de tanto recogimiento tu hijo, hija, se estará agachado a recoger los calzoncillos o bragas de alguno de tus nietos. El ciclo de la vida.