Una de las mejores acciones, si no la mejor, para favorecer el desarrollo de una buena salud mental en nuestros hijos e hijas tiene que ver con acompañar a nuestros hijos ante situaciones de malestar en vez de estar continuamente evitándolas.
El malestar es parte de la vida natural y normal de las personas, independientemente de la edad que tengan. Se sufre en cualquier edad, en cualquier momento. El malestar es como la sombra no podemos huir de ella.
Todas las madres y padres del mundo quieren para sus hijos el bienestar, yo también. Para tener bienestar es fundamental entender el malestar, afrontar el malestar, saber actuar ante el malestar y sentirte acompañado en los momentos de malestar.
Entender el malestar.
Yo creo que esto es lo más sencillo. Un niño quiere algo, que además está viendo o tiene cerca, y aparece un obstáculo que le impide alcanzarlo. Ese obstáculo es, por lo general, otra persona que le dice NO. Si tu deseas algo y alguien te impide obtenerlo puede resultar frustrante y la reacción lógica es de malestar. ¿Fácil de entender no? Cuando le dices a tu hijo que haga algo y el te contesta, si es que te contesta, que hoy no, mañana, ¿a que eso te genera malestar? Pues lo mismo le ocurre a tu hijo cuando le dices que haga algo y él tiene otros planes. No es de enfadicas, ni quejicas, ni consentidos, ni demandantes, ni leches… el malestar en la inmensa mayoría de las veces tiene una causa que justifica su aparición.
Cómo afrontar el malestar
Con educación, o sea con la intervención planificada por unos adultos que tienen que enseñar a las criaturas maneras de actuar ante las situaciones de malestar. Vamos, en cristiano, dando ejemplo. Sí, el ejemplo siempre es muy ejemplar. Así que cómo quieres que tu niño aprenda a controlar las consecuencias del malestar si lo que ve en su casa es a adultos que saltan a la mínima, en vez de hacerle ver que es normal que se sienta mal con lo que ha pasado. Afrontar es una manera de no negar la realidad y lo que nos está pasando. Afrontar no es restar importancia a lo que en un momento puede ser importante para ti o tus hijos. Afrontar es ser consciente de lo que nos ocurre y de lo que sentimos.
Actuar en el malestar
Con naturalidad, con tranquilidad. Muchos padres se descomponen ante el malestar, gritan, se desesperan, intenta constantemente evitarlo (como si tuvieran poderes) y así sus hijos aprenden a huir del malestar. El malestar es una consecuencia lógica qie tiene que ver con lo que pensamos, sentimos y hacemos antes algunas situaciones que vivimos.
Acompañar en el malestar.
Educar es acompañar y acompañar es entender lo que siente otra persona, sin juzgar si eso que siente está bien o mal, acompañar es hacer sentir a nuestros hijos que tienen derecho a enfadarse si no los invitan a un cumpleaños, o que tienen derecho a sentirse enojados cuando les pedimos que bajen la basura. Validamos sus emociones, les hacemos saber que entendemos que lo pasan mal, pero no van a ir al cumpleaños o tienen que bajar la basura. Acompaña a tus hijos hazles saber que estás ahí siempre, y no esperes que te hagan la ola.
Es fundamental que aprendan a afrontar el malestar, es una estupenda prevención para no desarrollar conductas adictivas (alcohol, drogas, ludopatía, etc.), una estupenda herramienta para desarrollar factores de protección de la salud mental.
Ten siempre muchos pañuelos de papel a mano para ofrecer a tus hijos, las lágrimas que tú le evites derramar a tus hijos, las terminarás derramando tú.
PD. Este curso desde el blog Escuela de Padres vamos a recordar la importancia de la educación familiar para prevenir el acoso escolar: Ante el acoso escolar no vale mirar para otro lado, tu hijo puede ser acosado, puede acosar o ser testigo del acoso. Así que actúa y educa contra el acoso.