Cada vez nos encontramos con más padres y madres insatisfechos con la educación de sus hijos, insatisfechos con ellos mismos como educadores e insatisfechos con los resultados que obtienen sus hijos. El resultado de tanta insatisfacción es el desarrollo de un temor creciente, un miedo a tomar decisiones mientras educamos, pánico ante la equivocación, y por lo tanto a la búsqueda desesperada de orientaciones para que alguien nos indique el camino correcto.
No existe un manual de educación de los hijos que te asegure que no vas a tener problema alguno, lo vengo repitiendo en este blog desde hace más de 10 años. No educamos para evitar problemas, educamos para mostrar cómo actuar ante las dificultades, por eso el ejemplo es la mejor herramienta para educar.
Te recuerdo que no eres perfecto como padre, ni como madre por esa misma razón tus hijos tampoco lo son (los hijos tienen la manía de parecerse a sus padres). Así que déjate de lamentar y de echarle las culpas al mundo exterior y ponte las pilas porque tenemos poco tiempo para influir en nuestros hijos.
No olvides:
El error, la equivocación es parte del aprendizaje (y tanto padres y madres como hijos e hijas estamos aprendiendo continuamente en esta tare de educar).
Comprender, entender, el comportamiento de los hijos es fundamental, pero entender no significa estar de acuerdo o aprobar ese comportamiento. Tú señala siempre, muestra siempre cual es el comportamiento que consideras más eficaz para utilizar en diferentes situaciones.
Los hijos dan muchas alegrías, pero también restan muchas horas de sueño. Cómo vas a dormirte tranquilamente si piensas que tu niño o tu niña “como siga así va a ser un desgraciado”. No educamos hijos para Instagram, ni para presumir, ni alardear. Educamos a los hijos para que ellos tengan herramientas para construirse y esta tarea de construcción propia lleva su tiempo.
Los hijos no son hemorroides, no los sufras en silencio. Si tienes alguna preocupación busca ayuda, a veces la familia, amistades, profesorado son recursos muy útiles; en otros casos igual necesitas ayuda especializada. Educar es una acción, así que muévete.
Y Confía, en ti. Y confiando en ti confía en tus hijos. Pero se confía con los ojos abiertos, así que confía pero deja claro normas y límites de lo que es tolerable y de lo que no lo es.
Y luego, a vivir que el tiempo pasa rápidamente y los días de educar, los días de influir en nuestros hijos se pasan rápidamente, así que haz de esos días los mejores días de tu vida. Los días en los que te dejaste la vida educando a tus hijos.
¿Quieres a tus hijos verdad? Pues recuerda que esa es la razón fundamental por la que hay que educarlos.
A la tarea.