Si, inevitables. Y esto quiere decir que no existe ninguna manera de educar en la que los hijos, mientras los educas, te digan: ¡Ole y ole mi madre! Que alegría que me está educando. Lo que vas a escuchar es a tus hijos diciendo, “me estáis amargando la vida”, “sois los peores padres”, “que me dejes” y otras lindezas por el estilo.
Y esto es NORMAL, educando ponemos límites y los límites conllevan prohibiciones y algunos hijos llevan fatal eso de que alguien les impida hacer aquello que ellos desean tanto.
Ya se que te encantaría escuchar a tus hijos decirte “¡Ole mi madre!¡ole mi padre! que se preocupan por mi salud y bienestar y me ponen límites, no como las madres y padres de mis amigos que les dejan hacer lo que quieran.” Pero, lo que realmente vas a escuchar es que lo tienes agobiado o agobiada, que no confías en ellos, que le amargas la vida, que tiene ganas de poder irse de esa prisión en la que vive, que las otras madres y padres son más comprensivos, etc.
El conflicto educando es inevitable, lo natural y normal es que los hijos se enfaden cuando les pones límites, lo que no es normal es que te enfades tú por hacer la tarea que tienes entre manos, educar.
Entiende la reacción de tus hijos ante los límites, pero no actúes tu fastidiado por esa reacción, acompáñalo en su malestar. “Entiendo que te sientas mal, que te gustaría ir a esa fiesta, pero como padres creemos que no es adecuado para ti”. Y no creas que tu criatura va a decirte lo de ole y ole, te va a montar un pollo. Aguanta y no te enfades, estás haciendo de padre o madre. Tu a lo tuyo a educar.
Ya sabes que educando hacen falta pañuelos, porque las lágrimas que no dejas que derramen tus hijos, igual las terminas derramando tu.