Igual que El Almendro vuelve a casa por Navidad, la primera semana de septiembre vuelven a hervir los WhatsApp con el recurrente tema de lo largas que son las vacaciones escolares.
Y tienes opiniones al respecto para todos los gustos y todas ellas, además, apoyadas en la “neurociencia” como para darle empaque a tan diferentes posturas.

imagen generada con IA
Nuestros hijos siempre van a tener más vacaciones que sus padres, tengas el calendario escolar que tengas. Por lo tanto, padres y madres trabajadores van a tener problemas de conciliación siempre.
Siempre, a no ser que no tengas unos abuelos a mano. ¡Ay, los abuelos! Son como Netflix: nunca fallan. Eso sí, después de un verano con los nietos, están hasta los órganos genitales. Porque tus hijos cansan, ¿lo sabías?
O tengas un campamento, o sea, tengas una pasta para que tu hijo o hija vuelve con un diploma en “lanzamiento de globo de agua” y un máster en lenguas modernas: “bro, crush, shippear, random., LOL (aunque ya es un poco “vintage”, se sigue usando), WTF, XD … etc.
O teletrabajes: teletrabajo con los niños en casa. Eso es precioso… en la teoría. En la práctica, estás en una videollamada y aparece tu hijo en calzoncillos detrás, disfrazado con una capa, gritando: ¡Papá, el wáter se ha tragado tu teléfono!
Y claro, está la última opción: dejarlos con tu cuñado, o sea con los primos. Ahí no crías niños, crías una banda organizada.
Así que, padres y madres, asumámoslo: No importa si el verano dura tres meses, dos o quince días. No importa si lo recortan, lo reparten o lo reinventan.
Siempre, siempre, siempre habrá más días sin cole que días libres en nuestro calendario. Y la escuela no puede resolver los problemas de conciliación, mas que lo que hace en la actualidad: aulas matinales, comedor escolar, extraescolares), y los hijos tendrán que estar un rato en su casa con sus padres ¿no?
Esto no tiene fácil solución… porque si la hubiera, ¡ya estaría patentada y se vendería en la sección de congelados de Mercadona.
Lo único que podemos hacer es mirar a nuestros hijos y pensar: que, al menos, son vacaciones para ellos… y un máster en supervivencia para los padres que nos prepara para ir a la isla de los supervivientes.
Cuando llegue el 11 de septiembre y crucemos la puerta del cole, todos juntos, con una sonrisa de oreja a oreja, pensaremos: “¡Feliz Año Nuevo Escolar! y suerte para las maestras y maestros que van a lidiar con nuestros hijos y veintitantos más”.
Y cuando los dejes dentro del cole, para muchas madres y padres es cuando empiezan las verdaderas vacaciones (nueve meses… y los maestros sólo dos).
¡A la tarea!