La crisis está haciendo mella en la evolución de la población extremeña. Durante los últimos años, la llegada de extranjeros había sido un factor decisivo para el crecimiento del número de habitantes en Extremadura, al igual que en el resto de España. Sin embargo, el elevado volumen de paro causado por la crisis está dando la vuelta a este fenómeno, puesto que está disminuyendo la entrada de inmigrantes y, al mismo tiempo, está aumentando su salida de España. Así lo reflejan las estimaciones sobre población y evolución demográfica actual correspondientes al primer semestre de 2012 que ha publicado hoy el Instituto Nacional de Estadística.
En cifras globales, y a fecha de 1 de julio de 2012, Extremadura cuenta con 1.081.821 habitantes (hay que recordar que este número es inferior al del padrón oficial debido a la diferente metodología estadística, como ya explicamos en este blog). Ello supone una reducción del 0,12% en comparación con el inicio del año y también con respecto a los habitantes que había hace un año en la región. Por provincias, Badajoz tiene 679.028 (-0,01% en el semestre) y Cáceres 402.793 (-0,29%).
Por lo que se refiere al movimiento natural de la población extremeña, las estimaciones apenas reflejan variaciones sobre el año anterior. Se calcula que en el primer semestre ha habido 4.927 nacimientos y 5.295 defunciones, cifras que suponen aproximadamente el 50% de lo acumulado en 2011, por lo que cabe deducir que hay una cierta estabilidad. De todos modos, el saldo sigue siendo negativo, en concreto en 368 personas. Ahora bien, si se analizan los datos por provincias, en Badajoz hay 117 nacimientos más que defunciones, mientras que en Cáceres la mortalidad supera en 485 personas a la natalidad, un contraste que se viene repitiendo desde hace tiempo.
En cuanto a las migraciones, Extremadura está empezando a perder lo ganado en los últimos años. Por un lado, las migraciones dentro del país arrojan un resultado negativo de 424 personas. Si se compara este semestre con las 610 acumuladas en todo 2011, parece claro que se está acentuando la pérdida de población. Pero hay que hacer un matiz importante: el saldo negativo no aumenta por el crecimiento de las emigraciones (7.031, que alcanzan el 47,5% del año anterior), sino por el desdenso de las inmigraciones (6.606, que sólo llegan hasta el 45,6% de lo registrado en todo 2011). Por provincias, Badajoz pierde 62 habitantes y Cáceres 363.
Las migraciones exteriores son las que muestran la peor evolución. En Extremadura, los datos acumulados en el primer semestre registran un saldo negativo de 453 personas, debido a que las emigraciones (1.714) superaron a las inmigraciones (1.261). Las cifras llaman mucho más la atención si se comparan con las registradas en todo 2011, cuando se alcanzó un saldo positivo de 1.129 personas. ¿A qué se debe esa diferencia? A los extranjeros. Es cierto que el saldo negativo de españoles está creciendo, pues en el primer semestre ha sido de 209 frente a los 382 totales del año anterior. Estos datos vuelven a enfriar la repetida idea de que se está produciendo una emigración más o menos masiva desde Extremadura a otros países.
Pero la clave está en el cambio radical de tendencia de los extranjeros. En 2011, la llegada de inmigrantes desde otros países superó en 1.510 personas a las salidas, lo cual suponía una importante inyección de población para Extremadura. En cambio, en los seis primeros meses del año aparece un saldo negativo de 245 personas, por lo que la salida de extranjeros comienza a ser un factor decisivo en la evolución negativa de la población extremeña. No obstante, este cambio de tendencia es muy similar al que se está produciendo en otras comunidades españolas.
Habrá que esperar a las próximas estimaciones del INE para ver si este crecimiento de la emigración, sobre todo de extranjeros, se potencia aún más (como es fácil esperar) en el segundo semestre del año, en vista de las malas perspectivas económicas que nos aguardan.