Los extremeños siguen confiando en que las Loterías y Apuestas del Estado les ayuden con un golpe de suerte a salir de la crisis. Y los obligados recortes de gasto los aplican a los juegos de la Once y de otros operadores privados. Ése es el retrato de Extremadura que se extrae de la Memoria Anual del Juego correspondiente al año 2011 publicado por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Los números globales muestran que los extremeños se gastaron el año pasado un total de 501 millones de euros en juegos de azar. Esta cifra supone un 15,7% menos que en 2010, frente a un descenso del 9,3% del total nacional regionalizado (sin contar el juego online). Pese a ello, Extremadura no está a la cabeza de los recortes, pues hay seis comunidades con mayor reducción del gasto en juego.
Desde el inicio de la crisis, la caída acumulada en la región se aproxima más a la media nacional: el 21,5%, frente al 19,9% del total regionalizado. Pero, al contrario de lo que se podría pensar, el descenso del gasto no ha sido más o menos lineal a lo largo de esta dilatada crisis. De hecho, en 2008 se alcanzó el máximo histórico, con 679 millones de euros en Extremadura y 32.309 millones en España, y 2009 también cerró con cifras muy altas. El desplome comenzó en 2010 y continuó en 2011.
Ahora bien, no todos los juegos han corrido igual suerte. En líneas generales, como el resto de los españoles, los extremeños han mantenido el gasto en Loterías y Apuestas del Estado, que representa más de un tercio del total. En 2011 apostaron en los juegos estatales 192 millones de euros, un 1,6% más que el año anterior, e idéntico incremento con respecto a 2007. Entrando en más detalle, los extremeños son fieles a la Lotería Nacional (93 millones) y a la Bono-Loto (14 millones), que no registraron variaciones en 2011, y han cambiado la Primitiva (48 millones, -5,9%) y la Quiniela (8 millones, -20%) por el Euromillones, que alcanzó una recaudación de 29 millones de euros, un 38% más que el año anterior.
Por el contrario, los mayores recortes de gasto se acumulan en los juegos de los operadores privados, especialmente en las máquinas ‘tipo B’, las conocidas como tragaperras, que suponen otro tercio del gasto total en juego. Los extremeños se gastaron unos 196 millones de euros en estas máquinas, que han perdido en torno a un 30% desde el inicio de la crisis. En bingos se jugaron unos 34 millones de euros, un 40% menos que el año anterior y un 52% menos desde 2007. Y en casinos se apostaron 33 millones, un 17,5% en el último año y un 28% menos con respecto al inicio de la crisis.
La Once es el único operador en el que hay ciertas diferencias entre Extremadura y el total nacional. Los extremeños se gastaron en los juegos de esta organización 45,8 millones de euros, el 90% de los cuales corresponden al tradicional cupón en sus múltiples variantes. La cifra supone un 5,2% menos que en 2010 y casi un 15% menos desde 2007. En cambio, el total nacional creció un 5% en el último año, y la caída acumulada durante la crisis no llega al 10%.
¿Y qué hay de los premios? A falta de cifras totales, el informe señala que las Loterías y Apuestas del Estado repartieron en Extremadura 95 millones de euros (dos menos que en 2010), la Once dejó 26 millones (cinco más) y los bingos devolvieron 21 millones, frente a los 36 millones del año anterior, una caída directamente relacionada con el desplome del gasto registrado por estos operadores en la región.